martes, 17 de octubre de 2023

EL LIBRO DE UN PIANO Y UNA ROSA CON UNA COPA DE VINO


 DE LA GESTA EDITORIAL,
LA BIBLIOTECA DE LAS ANTOLOGÍAS,
CREADA EN CLUELLAS, SANTA FE, ARGENTINA,
VARIOS ESCRITORES Y POETAS DEL ARTE,
LIBERAN AL MUNDO,
LA ANTOLOGÍA DE LITERATURA,
UN PIANO Y UNA ROSA CON UNA COPA DE VINO,
PARA TODOS LOS AMIGOS DEL BIEN,
QUE AMAN LAS LETRAS Y LA FANTASÍA.

EL LIBRO EN GOOGLE DRIVE


Fotografía del texto,
por Tuan Kiet,
La musa del piano.

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jueves, 12 de octubre de 2023

EL LIBRO DE HABÍA UNA VEZ UN CASTILLO

 
DE LA GESTA EDITORIAL,
LA BIBLIOTECA DE LAS ANTOLOGÍA,
CREADA EN CLUELLAS, SANTA FE, ARGENTINA,
VARIOS ESCRITORES Y POETAS DEL ARTE,
LIBERAN AL MUNDO,
LA ANTOLOGÍA DE LITERATURA,
HABÍA UNA VEZ UN CASTILLO,
PARA TODOS LOS AMIGOS DEL BIEN,
QUE AMAN LAS LETRAS Y LA FANTASÍA.

EL LIBRO EN GOOGLE DRIVE


Fotografía del texto,
por Helmut Kroiss,
El castillo de la fantasía.

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lunes, 9 de octubre de 2023

REVISTA DE ESPÍRITU CREADOR 3

 
EN LA REVISTA CULTURAL;
ESPÍRITU CREADOR,
FUNDADA EN BUENOS AIRES, ARGENTINA,
VARIOS ARTISTAS Y POETAS,
SOBRESALEN CON SUS OBRAS CREATIVAS,
PARA EL BIEN DE TODOS LOS AMIGOS,
QUE AMAN LAS LETRAS, 
EDICIÓN TRES EN ESPAÑOL.


Pintura del texto,
por Steve Johnson,
La pintura florida.

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lunes, 2 de octubre de 2023

REVISTA DE MIMEÓGRAFO 110


EN LA REVISTA LITERARIA; MIMEÓGRAFO,
CREADA EN TUXTLA, MÉXICO,
PARA ESTA EDICIÓN CIENTO DIEZ EN ESPAÑOL,
NOTABLES CUENTISTAS Y POETAS DEL ARTE,
LIBERAN Y EXPONEN SUS OBRAS LITERARIAS AL MUNDO,
PARA TODOS LOS AMIGOS DE NUESTRA AMÉRICA LATINA,
QUE AMAN LAS BUENAS LETRAS Y LA POESÍA.


Fotografía del texto,
por Sangall,
La pirámide de Edzná.

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lunes, 25 de septiembre de 2023

REVISTA DE MIMEÓGRAFO 109


EN LA REVISTA LITERARIA; MIMEÓGRAFO,
CREADA EN TUXTLA, MÉXICO,
PARA ESTA EDICIÓN CIENTO NUEVE EN ESPAÑOL,
RECONOCIDOS CUENTISTAS Y POETAS DEL ARTE,
PRESENTAN SUS OBRAS LITERARIAS AL MUNDO,
PARA TODOS LOS AMIGOS DEL BIEN,
QUE AMAN LAS BUENAS LETRAS Y LA POESÍA.


Fotografía del texto,
por Omar Tapia,
El mexicano del pueblo.

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viernes, 22 de septiembre de 2023

ANTONIO GUERRERO AGUILAR - LA VIDA DE MANUEL PAYNO EN LA FRONTERA


ARTISTA DEL CUENTO
ANTONIO GUERRERO AGUILAR

LA VIDA DE MANUEL PAYNO EN LA FRONTERA

En medio del sol abrazador, con un aire tan seco repleto de polvo, iba el Manuel Payno de Matamoros, rumbo al pueblo de Lampazos. Con apenas 18 años, trabajaba como empleado aduanal en el puerto marítimo de Bagdad, junto con otro coterráneo suyo de nombre Guillermo Prieto. No sólo eran compañeros de trabajo y de viaje, ambos compartían los afanes literarios y periodísticos. Recién habían ingresado a la Academia de Letrán, el primero hizo una crónica de un viaje a los volcanes y el segundo recitó una poesía épica, alabando al nacionalismo histórico. 
Cómo sobrevivir en Matamoros, población comparada con la Ciudad de México, donde Manuel Payno nació en 1820 y pasó su infancia y parte de su juventud. Extrañaba el clima, la comida, los mercados, el ambiente afuera de las iglesias y en las plazas, las tertulias y las reuniones con intelectuales. Tener a las gentes del poder a su alcance y de quienes habían logrado la independencia y echado a Iturbide al exilio. Combinaba su trabajo administrativo con desgano y a ratos se ponía a escribir. Tenía su empleo, gracias a que su papá era primo de Anastasio Bustamante y le advirtieron que no importaban las relaciones familiares. 
Siempre fijaba su vista hacia la Laguna Madre. Repasaba el contorno del Río Bravo que desembocaba en el Golfo de México. De aquel lado, en la franja del Nueces, un territorio enigmático como peligroso, sabía que los indios Lipanes y los filibusteros, merodeaban por aquellos rumbos, robando ganado y cayendo sobre los ranchos y las estancias. 
Eso no le asustaba, porque en cualquier momento, los Estados Unidos se iban a quedar con todo, tal y como lo había previsto el general Manuel Mies y Terán, cuando fue comandante militar de las Provincias Internas de Oriente, cuyo cuartel estaba precisamente en Matamoros. Le gustaban las muchachas del lugar, pero las veía inalcanzables, con carácter rebelde e indómito propio de la gente de la frontera. Por eso anhelaba las fiestas y los bailes en la Ciudad de México, más acordes a sus aspiraciones literarias como juveniles.
En su afán literario, mandó sus escritos por correo a las entidades culturales, El Siglo XIX y El Museo Mexicano, los cuales fueron llevados en un barco que cubría la ruta de Veracruz, Tampico y Matamoros. Pero en una ocasión, cometió un grave error, anotó que las muchachas y señoras de Matamoros, aunque guapas eran muy descuidadas en el vestir y que los varones eran flojos. Entonces la que se armó. Los periódicos llegaron al puerto y muchos personajes influyentes leyeron la historia, dedicándose a propagar el rumor, de que el imberbe empleado de la aduana los había ofendido, subestimando a los habitantes del pueblo que brindaba cobijo y sustento a este hombre. 
Por tal motivo, Manuel Payno, debió cambiar su parecer, donde en una crónica histórica de carácter social, se retractó y alabó las cualidades de los vecinos que se sintieron agraviados por sus escritos. 
En una ocasión, vio a unos comerciantes de pieles y ganado procedentes de San Agustín de Laredo, allá río arriba. Le contaron que en Lampazos, un pueblo de Nuevo León, habían encontrado una gran veta de plata. Así que Manuel Payno, escribió mitoteado a sus padres, habló con su jefe para seguir su aventura de llegar hasta donde se hallaba el mineral. El padre se opuso, pero sabía que Manuel Payno tenía un espíritu osado, al que no le causaba suficiente felicidad ni tranquilidad, permanecer en un puesto burocrático. Ante esta situación, el padre habló con Bustamante y Mariano Arista, quienes le dieron una licencia para que se trasladara por aquellos caminos en mal estado, repletos de peligros por los llamados indios bárbaros, ladrones, filibusteros texanos, contrabandistas; sin contar los daños que pudieran causarles los leones monteses, los osos y lobos, los jabalíes y las serpientes venenosas.
Ya en 1838, Manuel Payno emprendió un viaje hacia el Presidio de Río Grande, actual Guerrero, Coahuila; conoció Reynosa, Camargo, Revilla y Laredo, que en ese entonces aún pertenecía a México. Acompañado por un soldado de la Compañía Presidial del Río Grande, que además de guía, le dio apoyo y protección en aquellos parajes abandonados a la buena de Dios. 
A Manuel Payno, todo le causaba curiosidad como sorpresa. Sus impresiones de viaje fueron anotadas en su cartera y las enriqueció con entrevistas personales de los habitantes de la región.
Tiempo después, reconoció que llegó muy joven, montado en un caballo alazán tan flaco como brioso, una espada tan larga como desafilada, unas pistolas de media vara de largo, que habían pertenecido a su abuelo y una cabeza llena de pensamientos románticos. 
Sus impresiones de viaje, fueron publicadas en el periódico, El Siglo XIX, en una columna llamada, El Río Bravo o Grande del Norte. Pronto Manuel Payno, ganó fama como escritor y aventurero. La gente de la capital, no sabía de la situación que se vivía en la frontera, por eso a través de sus viajes y su literatura, se supo de la situación y la historia de los pueblos, de sus habitantes y sus costumbres, como de su valentía como disponibilidad para defenderse de las incursiones y albazos.
Luego con el paso del tiempo, Manuel Payno quedó enamorado de una muchacha, llamada Petrita, quien vivía en el rancho, Los Cavazos. Visitó más adelante las regiones de Sabinas, Boca de Leones y unas grutas en la Sierra del Carrizal y de ahí fue al Presidio y Misión de Nuestra Señora de los Dolores de la Punta de los Lampazos. También visitó el pueblo de San Miguel de la Nueva Tlaxcala, actual Bustamante, Nuevo León, en donde encontró a una población abatida por el ataque de los llamados indios bárbaros, que por cierto interrumpieron una boda de forma muy violenta. 
Tiempo después, llegó a Monterrey, dejando una descripción muy poética para más adelante regresar a Matamoros, donde se convirtió en secretario particular del general Mariano Arista. Todas las narraciones fueron publicadas con mucho éxito en la Ciudad de México. Ya en Matamoros, todo lo que escribió, le sirvió de base para sus novelas costumbristas que lo posicionaron como una de los mejores escritores del siglo XIX.
Por casi diez años vivió en la región de Nuevo León, tuvo su experiencia de aventuras desde el año 1838 hasta el año de 1846, donde todo comenzó por la curiosidad, el caballo flaco y la libreta de literatura. Y no se convirtió en minero allá en las tierras de Lampazos, pero sí llegó a ser un escritor costumbrista muy afamado.

Antonio Guerrero Aguilar,
Artista de México.
Fotografía del texto,
por un artista ánónimo,
Manuel Payno.

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lunes, 18 de septiembre de 2023

FREDY HERNÁN DÍAZ PRADO - EL VIEJO

 

ARTISTA DEL CUENTO
FREDY HERNÁN DÍAZ PRADO

EL VIEJO

El anciano con la mirada fija, caminaba ayudado por su antiguo bastón de madera, tembloroso, los brazos y las piernas, movía con desespero, tratando de mantenerlo firme.
A un peso lento, él se acercaba a la tienda. Entre sus múltiples arrugas y gestos de esfuerzo, nadie hubiera adivinado que en su cara había una sonrisa, que sólo él conocía. 
Al fin y al cabo era la primera vez que salía de su casa en casi cinco años de postración. Aunque la tienda quedaba a sólo dos casas de su hogar, era un logro inmenso realizar aquel recorrido.
Por fin llegó, sus ojos brillaban de júbilo, justo cuando se decidía a entrar, el dueño del establecimiento, prefirió cerrar y no atender en todo el día.
La mirada del viejo, resumió su vida.

Fredy Hernán Díaz Prado,
Artista de Colombia.
Fotografía del texto,
por Niesner,
El viejo del bastón.

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jueves, 14 de septiembre de 2023

RUSVELT NIVIA CASTELLANOS - DE MUERTE O DE MUERTO


ARTISTA DEL CUENTO
RUSVELT NIVIA CASTELLANOS

DE MUERTE O DE MUERTO

El cielo está todo oscuro, el aire está nublado y tú estás absolutamente solo; viejo de la perdida infancia. En este pesado momento tuyo, tienes un hambre acosadora y tienes una sed insoportable. Precisamente, hace cuatro días que no tomas nada de sopa. Es obvio, no tienes monedas, ni tienes ninguna cosa de valor para pagar un simple plato de comida. Así que sin ir ilustre, vas acercándote a un abismo oculto, donde ansías acostarte con la muerte. De más, nada que encuentras la tranquilidad. Y lentamente vas llorando, como pobre como triste, vas cargando con tu desdicha interna. A lo justo, te caen gotas limpias del alma con suavidad mientras te acaricias la barba gris con la mano diestra, ida en desgana. En verdad, estás más arruinado que todo este mundo confuso, bajo esta noche, pero es claro y es cierto, también has tenido suficientes experiencias humanas. 
Al conjunto destiempo, andas sucio con la única ropa tuya de vestir; una camisa roja descolorida con el pantalón descosido. Hueles además al olor de las calles desconsoladoras; hueles a impureza de drogas errabundas. Así igual de mal, decaído y apagado, transitas ahora por un puente peatonal. Vas con la cara gacha como trasiegas contra el azar de esta lobreguez tenebrosa. Pues estás perdido en un destino siniestro. Sólo miras al precipicio profundo. El desespero con temor te acoge ya más que nunca. No tienes ninguna pieza donde dormir. El abandono te abruma. Entretanto por allí, por los lados del angosto puente, te detienes a escarbar las dos canecas de basura, que hay debajo de los faroles relucientes. Ahora encuentras allí muchas cáscaras de banano con unas latas de cerveza y hartos papeles rasgados. En este mismo sentido, agudizas la vista un poco más al fondo del recipiente y adviertes ya entre los cartones mojados, varias botellas de agua destapadas. Por apreciable gusto, sacas los timbos desechables con una exagerada avidez. Más sin siquiera dudarlo, comienzas a tomarte los cunchos. De a poco te sientes menos cansado, te vas resucitando. Pronto, acabas de beberte esa agua picha que quedaba y de repente rehaces tu rumbo despaciosamente. A lo raro, descubres a la ciudad sonámbula apagada mientras ya suspiras hondamente. Las avenidas, las reconoces sin el tráfico de los carros y las comprendes sin el pasar de los camiones grandes. Escasamente vos, adviertes a uno que otro limosnero, ebrio de media noche. Ellos parecen ser los espíritus pesarosos del otro umbral. Así que tú de seguido, pasas a bajar las escaleras metálicas del puente, eliges parchar con ellos. De hecho, cuando estuviste deambulando por aquellas alturas, quisiste suicidarte tirándote con miedo, desde la barra de hierro. Quisiste, estrellarte contra el pavimento. Pero claro, el haber pillado las canecas y menos mal, el haberte recordado como otro de esos otros vagabundos, fue la cosa que salvó lo poco que te queda de dura miseria. 
Así que bien; pese a tener algunas dudas supremas, tú aún das la lucha esencialista y aún sigues vivo; experimentado los sucesivos segundos de esta abrupta realidad, que no se detiene para nada. Nomás ahora; sales más pensativo del puente fúnebre, prosigues con otra convicción evidente. Seguidamente, te alejas del abismo y ya sin prisa te vas en busca de cualquier resguardo maloliente donde acabar de soportar a la depresiva noche.

Rusvelt Nivia Castellanos;
Artista de Colombia.
Fotografía del texto,
por El Artista del Bien,
El Hombre de la Calle.

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lunes, 11 de septiembre de 2023

EL LIBRO DE CRUCES VITALES

 
DE LA GESTIÓN EDITORIAL;
CENTRO DE ESTUDIOS Y CREACIÓN ARTÍSTICA EN IBEROAMÉRICA,
FUNDADA EN LA CIUDAD DEL ROSARIO, ARGENTINA,
VARIOS ESCRITORES Y POETAS DEL ARTE,
LIBERAN AL MUNDO,
SU LIBRO DE LITERATURA,
CRUCES VITALES,
PARA TODOS LOS AMIGOS DEL BIEN,
QUE AMAN LAS LETRAS Y EL ARTE.

EL LIBRO EN GOOGLE DRIVE


Fotografía del texto,
por Truseker,
Los hombres de la unidad social.

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CLÉMENTINE DELAUNEY - A LITTLE SACRIFICE


CLÉMENTINE DELAUNEY;
THE ARTISTICAL COVER,
THE WITCHER,
A LITTLE SACRIFICE.



Fotografía del texto,
por Luka Dross,
El bosque de la fantasía.

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miércoles, 30 de agosto de 2023

SOBRE LA EDICIÓN DE LIBROS POR RAQUEL BRUNE


DE LA ARTISTA DE ESPAÑA;
RAQUEL BRUNE,
UNA CONFERENCIA MAGISTRAL,
SOBRE LA EDICIÓN DE LIBROS.
PARA TODOS LOS AMIGOS DEL BIEN,
QUE AMAN LA LITERATURA Y LAS BELLAS ARTES.



Fotografía del texto,
por Semhia Oskan,
La Librería de la Luz.

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lunes, 28 de agosto de 2023

LA GESTA DE LOS LIBROS MUNDIALES DE LA LIBRERÍA LIBRE UNO


LA PRESENTACIÓN DE LOS LIBROS MUNDIALES; 
LA LIBRERÍA LIBRE, 
NUEVOS ESCRITORES Y POETAS, 
PARA TODOS LOS AMIGOS DEL BIEN Y DEL ARTE.


LA PRESENTACIÓN DE LOS LIBROS MUNDIALES; 
LA LIBRERÍA LIBRE, 
NUEVOS ESCRITORES Y POETAS, 
PARA TODOS LOS AMIGOS DEL BIEN Y DEL ARTE.


Fotografía del texto, 
por Geralt,
La Biblioteca Circular.
Portada del libro,
por Los Creadores del Arte,
La Librería Libre.

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miércoles, 23 de agosto de 2023

INFORMATIVO SOBRE LA RECEPCIÓN DE ESCRITOS PARA LA LIBRERÍA LIBRE

 
INFORMATIVO DE ACTUALIDAD;
PARA LA RECEPCIÓN DE TEXTOS,
LA LIBRERÍA LIBRE.


INFORMATIVO DE ACTUALIDAD;
PARA LA RECEPCIÓN DE TEXTOS,
LA LIBRERÍA LIBRE.


INFORMATIVO DE ACTUALIDAD;
PARA LA RECEPCIÓN DE TEXTOS,
LA LIBRERÍA LIBRE.


Diseño del texto,
por los Creadores del Arte,
La Librería Libre.

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lunes, 21 de agosto de 2023

MOISÉS ROBERTO CÁRDENAS CHACÓN - LA VOZ DE UNA DIVNIDAD


ARTISTA DEL CUENTO
MOISÉS ROBERTO CÁRDENAS CHACÓN

LA VOZ DE UNA DIVINIDAD

El animal era un tigre con rayas negras, las cuales corrían como relámpagos por su cuerpo. Cuando el tigre abrió sus fauces y sentí su aliento, noté sus dientes puntiagudos. El ser levantó unas de sus patas hacia mi rostro, mostrando sus uñas filosas. Yo forcejeé unos minutos para escaparme de él y como pude, logré liberarme. Entonces corrí hacia la puerta de la casa, la abrí de manera rápida y me alejé del lugar; asustado por la visita de aquella criatura. Deambulé por las calles de un lado a otro, tratando de relajarme, pero por donde iba, todo era penumbra y eso me asustó. 
No recuerdo muy bien cuánto tiempo, pasé fuera del hogar, caminando a solas por la ciudad. Lo que si recuerdo es que cuando decidí volver a mi vivienda, los grillos cantaron de forma ensordecedora. Por mi mente, pasó la idea que el animal ya no estaba en mi casa, así que agilicé mis pasos para llegar lo más rápido a la vivienda, pero mientras iba en dirección hacia mi destino, me topé con un hombre de edad avanzada con intensos ojos negros, quien tenía una mirada noble y una larga barba blanca. Él llevaba puesto un manto de lino color púrpura. Cuando me vio, no pronunció ninguna palabra, sólo me vio fijamente a los ojos por unos minutos y luego desapareció, dejando en el piso su túnica.  
Me quedé perplejo por lo ocurrido, miré hacia todos lados y no había nadie. De pronto pasó un viento frío, miré hacia el suelo, vi la tela, la levanté rápido y cubrí mi cuerpo con la túnica. En ese preciso instante, escuché el rugido del felino. Entonces apresuré los pasos, con la intención de buscar un sitio para refugiarme. En el camino, encontré una calle empinada, la subí rápido. 
En la cima, había un arco de madera pintado de anaranjado con rayas negras y estaba cerca de una casa de color blanco. La vivienda tenía en la entrada, tres tinajas de barro, llenas de agua. Me acerqué de forma lenta para beber un poco, pero cuando estuve a punto de tomar el agua, se abrió la puerta de la casa. Miré desde el dintel, que había colgados unos candelabros de bronce. Miré de nuevo el lugar, sentí curiosidad por entrar a la casa, no obstante, dudé un poco. Observé el arco de madera y en ese preciso momento, escuché un fuerte rugido, entonces no lo pensé más y yo ingresé. 
Dentro de la casa, vi un amplio salón que se iluminaba por unas velas rojas, las luces mostraban cinco puertas como si se tratara de pequeñas habitaciones. Elegí una al azar, la abrí y la cerré con fuerza. Me senté en el suelo para descansar un poco, miré hacia los lados, observé que en el cuarto había otra puerta y en una pared de la habitación, colgaba el cuadro de un tigre. Lo contemplé en silencio, parecía como si estuviera vivo, tenía una mirada de fuego. Noté sus rayas, se movían como rayos. En aquel momento, pensé en el maestro, Jorge Luis Borges, recordé sus tigres. Invadido por la ilusión, me pregunté, “¿Por qué un animal tan bello, ofrece un espíritu tenebroso y al mismo tiempo, una admiración artística?”. 
Encerrado en ese mundo místico, recordé las bellas mitologías de tigres. De pronto, unos fuertes golpes me despertaron. El ruido salió de la puerta que estaba allí, sentí una punzada en mi espalda, luego me invadió un escalofrío. Los golpes se hicieron intensos, mi corazón se aceleró. Respiré profundo, abrí la puerta lentamente y entonces vi al tigre echado en el piso. El felino cerraba y abría los ojos, golpeaba el suelo con su cola. Di unos pasos hacia atrás, para no despertarlo, pero me tropecé. El animal abrió los ojos, se fijó en mí y se incorporó despacio. Pensé que iba a rugir, pero el tigre dio unas vueltas y se echó de en el suelo. Cuando lo vi tendido en el piso, parecía un gato indefenso, así que cerré la puerta con mucho cuidado, para no despertarlo. 
Segundos después, salí del cuarto, volví al amplio salón y me animé a abrir otra de las puertas. Elegí de nuevo una al alzar. Entré a una habitación que estaba llena de gente y frente a ellos, se encontraba el anciano de barba blanca, el mismo que yo había visto en la calle.
Para aquella ocasión, el hombre les relataba a las personas sobre el poder del fuego divino. El tema estaba interesante, así que busqué una silla y me senté adelante. Sólo escuché el anciano por unos minutos, porque de repente detrás de él, apareció el tigre y rugió de una forma fuerte. Enseguida, el animal se me acercó lentamente, mis piernas temblaron, yo puse mis manos en el rostro, cerré los ojos y agaché la cabeza esperando sus afiladas garras. Sentí un aire sobre mi cabeza, abrí los parpados, me volteé para verlo, pero el tigre ya no estaba. Miré en silencio al anciano y a los asistentes y mientras los observaba, ellos desparecieron en un instante. Yo toqué mis prendas y se desvaneció el manto purpura. En ese momento, sólo vi las paredes, el amplio salón y las luces de las velas, no supe que ocurrió, así que salí del lugar. 
Afuera en la calle, la luna alumbraba, su luz me permitió caminar en dirección a mi hogar, pero mientras iba por un sendero de tierra, el felino apareció y rugió de forma voraz. Abrió sus fauces, emitió una voz divina, se abalanzó sobre mí, entonces esperé su mordida y aquí entonces, sentí una brisa, abrí los ojos despacio, estiré mis brazos y me di cuenta de que todo era un sueño. Momentos después, me levanté, miré por la ventana de mi habitación y dejé al tigre bajo la luna, poseída por los besos de las estrellas. 

Moisés Roberto Cárdenas Chacón,
Artista de Venezuela.
Fotografía del texto,
por Jiry Mikolas,
El tigre del sol.

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martes, 15 de agosto de 2023

JULIÁN DAVID RINCÓN RIVERA - ME FALTA UN PEDAZO

 
ARTISTA DEL CUENTO
JULIÁN DAVID RINCÓN RIVERA

ME FALTA UN PEDAZO

Le pregunté al día, que me apuntaba todas las mañanas frente a la vida y dijo que los recuerdos los había dejado al otro lado de las montañas.
Busqué en el aire del aliento en las mañanas, en el sudor del trabajo en cada jornada, en risas, en lágrimas, en lamentos y gritos de esperanzas.
Lo busqué en los buenos días, en las gracias y en el hasta luego, en el te amo, te extraño, te desprecio. 
Le pregunté a conocidos que no eran amigos y sólo supieron darme indicaciones extrañas de lugares que yo había ya olvidado.
Lo busqué en los recorridos del parque principal, allá en los pasillos de los centros comerciales, en los gritos de los vendedores ambulantes, en las esquinas de los vendedores de aguacates.
Le pregunté al perro de la esquina, al gato de la vecina y el perro sólo meneaba el rabo, mientras que el gato me daba la espalda con indiferencia.
Busqué debajo de las sonrisas, detrás de los gestos, en ojos que iluminan días, en caras que alegran vidas.
Busqué en los vestidos de rosas, en camisas tipo Polo, sobre las huellas que dejan los zapatos en los días de lluvia.
Lo busqué en los remolinos de aire de mariposas blancas, en el cálido asfalto de calles en días soleados.
Busqué en el transporte público, el que va lejos, el que viene cerca, en los transeúntes de todos los días y las mismas jornadas, en los desocupados de sillas de plástico, en los deshabitados de andenes y rincones de asfalto, en los hombres viciosos de parques lejanos, en los ladrones de cuello firme, saco y corbata.
Busqué en los bares, cafés y bibliotecas, en los licores de los viernes por la tarde, en los capuchinos con galletas solitarias, mientras se pintan las sombras en todos los rincones del parque, en los estantes silenciosos y en el polvo que se acumula en miles de libros apretujados y expectantes.
Lo busqué en los recuerdos, palabras y lamentos, en las letras de los libros, en la rima de los poemas, en los compases de mis canciones preferidas, en los estados de supuestos conocidos, en los mensajes que se eliminan a causa del olvido, en las borracheras de la madrugada, en la complicidad de dos amantes en la cama, en el desespero del hombre solitario en la ventana.
Lo busqué en los asaderos, supermercados, fruvers y tiendas de barrio, hasta en las discotecas y sitios donde sólo en las noches es permitido hacer algo artístico. 
Y la verdad, luego de tanto buscar, nada me dio razón de ese trozo que se me había perdido, que me hacía falta, que me incompletaba.
Le pregunté incluso a la luna en su indescifrable palidez, pero se ocultó detrás de una nube extraña.
Busqué en el recuerdo que se anexa a las fotos, en lo vivido de los videos de veinte segundos y treinta segundos, en esos audios inconexos y rápidos, en la pereza de escribir, en la locha de borrar para corregir, en las sonrisas que un día fueron mías, en los besos que nunca se dieron, en los abrazos que habían quedado en el pasado.
Además busqué en las cobijas de noches frías, en el desvelo de un amor incompleto, en la canción que se repetía con elocuente satisfacción, en el rastro del alumbrado público, en los pies que se arrastran, en las miradas bajas.
Ya luego de tanto buscar y no encontrar, un día mágico de sol, di con el pedazo que me faltaba. Y al recogerlo, me di cuenta que ese pedazo, sólo era uno de todos los pedazos que me faltaba.

Julián David Rincón Rivera,
Artista de Colombia.
Fotografía del texto,
por Cottonbro,
El misionero de la causa libertadora.

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miércoles, 9 de agosto de 2023

OMAR TISOCCO - EL REFUGIO QUE FRECUENTO

 
ARTISTA DEL CUENTO
OMAR TISOCCO

EL REFUGIO QUE FRECUENTO

Mi trazo se vuelve oscuro y la noche se me adueña, aunque siga siendo leña de un fuego que me hace puro y haya vencido al apuro de quien en vano se empeña. Pierde importancia la forma y también el contenido, si me doy por bienvenido, aunque no acate la norma y no acepte más reforma que la mano de un amigo.
Ya no pongo de testigo al supuesto milagroso, porque ahora el peligroso se encuentra igual de perdido que aquel que vive escondido, haciendo de sí un esbozo.
Mi trazo se vuelve oscuro cuando escribo lo que siento y se sabe que no miento si con certeza aseguro que soy el fruto maduro del esfuerzo sin acierto.
Soy la letra y la figura de una pluma que da el viento, soy quien queda sin aliento en medio de la amargura, soy el guardián de la ternura del refugio que frecuento.
Soy ese del paso lento que de su estirpe es omega, convertido en estratega que en medio del descontento es patriarca de sustento del amor, que fiel se entrega. Soy quien se ha vuelto maestro en el arte de aprender de aquellos que al reprender muestran su lado siniestro, reduciendo al más honesto como un trapo viejo.
Por eso nunca he querido consignar a este mercado, otro ser que esté signado por suerte de mal nacido, habiendo al fin preferido no dar de mí, ese legado.
Soy final de primavera, otoño con buen aspecto y aun tratado como insecto, siembro esperanza en la espera, porque a pie sobre la acera, se respeta al hombre recto.
Soy un alma del pasado y una causa sin efecto que cultiva en el afecto de aquella que está a su lado todo lo bueno, logrado con pretérito imperfecto.
Soy olvido en su defecto y un buen guía en la espesura, soy acertada lectura del pobre y el opulento, con el hombro siempre atento, para cargar mi cordura.
Soy la sombra entumecida que perdura en un fragmento reducido al elemento más sutil que da la vida, el que evita mi partida y me sostiene por dentro. 
Soy amor en dictadura y soy fiesta en el convento, soy el reto al corpulento que aprisiona mi soltura, soy brutal literatura del refugio que frecuento.

Omar Tisocco;
Artista de Argentina.
Fotografía del texto,
por Jospeph Red Field,
La mujer lectora.

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martes, 1 de agosto de 2023

JESÚS JIMÉNEZ REINALDO - MORIR DE MAR Y VINO OSCURO


ARTISTA DEL POEMA
JESÚS JIMÉNEZ REINALDO

MORIR DE MAR Y VINO OSCURO

Han sembrado la ciudad de estatuas griegas
las últimas lluvias.

Con la llegada del arte,
las avispas sacan al sol sus aguijones dolorosos
y arremeten contra la recóndita soledad de los efebos.

¡Qué pasión de carne y mármol! 
¡Qué angustia de vida en las vetas sin sangre de la piedra!

En sus múltiples posturas, los durmientes,
luna de oliváceos ojos sus anillos de musgo,
parecen estirarse tras el fin del invierno
y se despojan, metal, adobe, mortero y escayola,
de los postreros pegotes de la escarcha.

Mojan sus labios,
mancha el rubí en las noches de celos,
latidos de savia nueva que no me pertenecen,
pero cuya humedad siento una vez más,
en esta explosión arquitectónica de las amapolas salinas.

Ocultas tras los lirios de Vincent van Gogh,
tras los nenúfares del viejo Monet,
puedo oír los chapoteos en la alberca,
los dulces baños en la charca de Arcadia,
barcas mecidas por la brisa en Leyden,
susurros amorosos del jardín de Giverny.

Pero que no te engañen los ecos de la ciudad dormida,
que ahora apenas se despierta del letargo,
el mundo ya no es tan solo hojarasca yerta
que oculta a las voraces arañas de la muerte,
ni flores desnortadas soñando manantiales;
la ciudad es una galería de torsos y de brazos
que exponen su belleza a los hombres dormidos,
para aguijar su ruina y su nostalgia.

Viajar, acaso divagar, sentir la furia del vértigo
en las curvas sinuosas de la ciudad de estatuas,
una vez más, otro abril más, tan de repente.

¡Qué mortal desazón! ¡Qué angustia el arte!
¡Qué sombrero de mármol la traición del sexo!

Y mientras tanto, las figuras tienden al sol sus lentas carnes.

Acaso yo también, en esta vegetación recién recuperada,
me asome hasta los ojos verdes de tu piel desnuda.
Que necesito el calor acumulado en tus piedras
y la caricia sensual de las vetas de luz,
para no morir de mar y vino oscuro
ante la incesante floración de los almendros.


Jesús Jiménez Reinaldo,
poeta de España.
La Obra Literaria;
Merecedora de Reconocimiento Literario, 
Cuarto Premio Nacional de Poesía,
Organización Cultural Desconfinados,
Valladolid, España, año 2022.

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lunes, 24 de julio de 2023

ANDRÉS CAMILO RODRÍGUEZ YUNDA - EL MUNDO NO ME COMPRENDE


ARTISTA DEL POEMA
ANDRÉS CAMILO RODRÍGUEZ YUNDA

EL MUNDO NO ME COMPRENDE

El mundo no me comprende,
estoy cada vez más solo, las tardes me aturden, 
ella está con otro hombre y yo sólo quería decirle, 
que era la única mujer preciosa,
que sus piernas, que su pelo y la estúpida manera en la que decía mi nombre,
en la que sujetaba su cabello, en la que ataba sus cordones,
ilusionaban la soledad de mi vida con el amor. 
Yo sólo quería tenerla en medio de las botellas, de las nubes, 
una flor y sus manos en medio de un sillón, sabor a frambuesa,
lindos sus zapatos, inolvidables sus medias y sus gafas, su sonrisa tierna.
Ahora sigue el tiempo y nada tiene sentido, 
que la luna y las estrellas,
vengan a darme luz en esta ciudad moderna,
ya no tiene sentido,
porque yo ahora estoy sin ella,
ahora no me importan las aves, los esmaltes, 
ni los hombres y las mujeres de las fiestas, 
porque yo ahora estoy muy despechado por ella.


Andrés Camilo Rodríguez Yunda,
poeta de Colombia.
Fotografía del texto,
por Ruslan Alesko,
El hombre y la soledad.

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viernes, 21 de julio de 2023

ANDRÉS CAMILO RODRÍGUEZ YUNDA - NO ESCRIBO PARA GENERAR EL BIEN


ARTISTA DEL POEMA
ANDRÉS CAMILO RODRÍGUEZ YUNDA

NO ESCRIBO PARA GENERAR EL BIEN

No escribo para generar el bien,
para ver quien me lee o me adula con su querer.
Me duele la cabeza y sólo sé decir que los odio a todos, 
que yo quisiera ver sus rostros arrodillados en una tarde gris, ante mi presencia. 
Cemento, refresco y un barrio lleno de niños tontos, 
sólo sé morir de a poco, porque usted no me escribe, 
porque soy joven y me siento tan perdido, tan triste. 
Y los muñecos se cortan en una pared blanca,
como esas paredes donde todos me tiraban burlas y babas, 
un golpe y se caían mis gafas y 
ya me estaban dando ganas de atacarlos con una navaja.
Mi vida ha sido triste desde todas las perspectivas. 
Mis letras son estúpidas, igual que mi cara, 
igual que el colegio, que las calles, 
que estos barrios llenos de idiotas, de lapiceros oscuros. 
Me arde la cara en rabia y las noches me saben a desvelo, 
ahora miro la maldita foto, esa foto de ella y 
recuerdo los poemas que le dediqué a esa bella mujer.
Y la estúpida manera en la que se fue ella, 
detrás de ese tonto, de ese maldito traidor, 
quien no le brindó ni la mitad de lo que ella se merece,
porqué yo me hubiera desangrado en su cara, sólo por decirle, un te amo.
Y mis cartas quemadas en la montaña más alta del universo, 
los besos con todos los malditos, te amo.
Maldita sea y me mata el hecho de saber que la he perdido, 
que en un mundo de lindos y esplendidos talentos, 
de páginas y frases, yo resulté ser un niño hambriento.
Soy un fiambre, un maldito fantasma en busca de su cuerpo, 
el niño del fondo enamorado, de pensamientos sádicos y poéticos.


Andrés Camilo Rodríguez Yunda,
poeta de Colombia.
Fotografía del texto,
por Ruslan Alesko,
El artista de la soledad.

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lunes, 17 de julio de 2023

JOSÉ ANTONIO ROSALES BATTELLI - ELLA


ARTISTA DEL POEMA
JOSÉ ANTONIO ROSALES BATTELLI

ELLA

Ella;
Exilio, migración,
destierro.

Liturgia irregulada de protocolos, 
cuyo culto desnudo
emancipa la carne del hueso
y el silencio 
es la taxidermia  de quien
anestesia con súbitos arcanos 
las ceremonias 
del luto lingüístico.

Exilio;
elevada inconceptualización 
de presencia arbórea.
Ingrávida semántica 
del cemento hecho urna.

Lexema tácito, 
improvisto de predicativos, 
evocativos al depósito dérmico,
en la insustancialidad 
de siluetas calcáreas 
al sustrato estalagmitico.

Migración;
en suspensión intransitiva,
se subleva de piel 
la análoga realidad 
en los disturbios 
de los entes, 
por ocupar a gritos 
cualquier determinismo 
de formatos.

Morfema derivativo 
a la impermanencia del sujeto 
y la gramática de un nombre
es la raíz del ostracismo, 
confiriendo a la exterioridad 
su confinamiento a un pueblo herboso, 
cuya ventana exilio al concreto 
por subliminar lo comprimido
en un estar, 
que tan solo es el rostro 
del cielo abierto. 

Destierro;
el idilio trasmuta,
uno del espejo,
dos del desierto.     

El sahumar de su Corpus Christi,
retorna imbuida por encima 
de su cola 
en efecto herbicida, 
Sublimis, 
ante la acción sistémica 
de un cuerpo biológico 
que como cera,
extiende el desmembramiento 
del sintagma, 
como objeto directo.


José Antonio Rosales Battelli;
Poeta de Venezuela.
Fotografía del texto,
por Robert Balog,
La dama y la rosa.
 
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