jueves, 19 de marzo de 2020

REVISTA SOBRE ESPIRITISMO EDICIÓN SEIS EN ESPAÑOL


REVISTA SOBRE ESPIRITISMO,
PARA LA REFLEXIÓN PROFUNDA,
EDICIÓN SEIS EN ESPAÑOL.




Ilustración del texto,
por los creadores de la portada creativa,
La revista espírita.

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ANTONIO VIVALDI - FOUR SEASONS


ANTONIO VIVALDI;
THE CLASSICAL MUSIC,
FOUR SEASONS.



Fotografía del texto,
por Diego Torres,
El jardín rojo.

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OTRA PARTE


OTRA PARTE;
UN ESPACIO SOBRE FILOSOFÍA Y LETRAS,
CREADO EN COLOMBIA.


Fotografía del texto,
Fernando González Ochoa.

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ANÓNIMO - LA EPOPEYA DE GILGAMESH TABLILLA V


ARTISTA DE LA EPOPEYA
ANÓNIMO

TABLILLA V
EL COMBATE CON HUMABABA

Allí se quedaron maravillándose ante el bosque, 
contemplando los majestuosos cedros,
contemplando a la entrada del bosque.
Por donde Humbaba iba y venía había un sendero,
el sendero era recto y el camino bien hollado.
Vieron la Montaña de los Cedros, 
morada de los Dioses y trono de las Diosas.
[Ante] la montaña los cedros ofrecían su abundancia, 
su sombra era dulce y llena de placer.
[Frondoso] y enredado estaba el espino, 
el bosque un dosel envolvente,
cedros, árboles de ballukku.

* * *

De pronto los puñales, 
y de las vainas las hachas se untaron,
hacha [y] puñal, uno,
entraron con sigilo en el bosque y
allí estaba Humbaba.

* * *

Gilgamesh [abrió su boca para hablar,]
[diciendo a Enkidu:]
«Qué, [amigo mío]».

* * *

[Para] Enlil,
Enkidu [abrió su boca para hablar,]
[diciendo a Gilgamesh:]
«[Amigo] mío, 
Humbaba, uno a uno,
[Dos] vestidos, sin embargo,
incluso una ladera suave dos 
[ascendiendo pueden conquistar].
Dos, una soga de tres cabos [es difícil de cortar],
[incluso] un poderoso león a dos cachorros [puede vencer]».

«Hemos llegado a un lugar adonde un hombre no debe ir,
preparemos nuestras armas en la puerta de Humbaba».

[Enkidu] declaró a su amigo:
«La arremetida de una tempestad es el fiero Humbaba.
[Como] el Dios de la Tormenta nos pisoteará».

Los héroes están cara a cara con el guardián del bosque;
Humbaba abrió su boca para hablar,
diciendo a Gilgamesh:
«Que los necios reciban consejo, Gilgamesh, 
de los rudos y de los brutos.
¿Por qué has venido aquí a mi presencia?
Ven, Enkidu, prole de un pez, que no ha conocido padre,
vástago de galápago y tortuga, que no ha mamado leche de madre».

«En tu juventud te observé, pero cerca de ti no estuve,
¿habrías tu llenado mi vientre?
[Ahora] con traición traes ante mí a Gilgamesh, 
y estás ahí, Enkidu, como un extraño belicoso.
Cortaré el cuello y el gaznate de Gilgamesh,
su carne daré de comer al gavilán chillón, a la voraz águila y al buitre».

Gilgamesh abrió su boca para hablar,
diciendo a Enkidu:
«Las facciones de Humbaba han mudado, amigo mío.
Aunque audaces hasta su guarida llegamos para vencerle, 
veloz mi corazón no».

Enkidu abrió su boca, diciendo a Gilgamesh:
«¿Por qué, amigo mío, hablas como un hombre débil?
Con tus palabras temerosas [me vuelves] desanimado.
Ahora, amigo mío, solo una es [nuestra tarea,]
el cobre se vierte ya en el molde.
¿Avivar el horno durante una hora? 
¿Los carbones durante una hora?
Enviar el Diluvio es hacer restallar el látigo».

«[No] retrocedas, no hagas una retirada.
haz tu golpe poderoso».

* * *

Golpeó el suelo y se enfrentó a él de frente.
En los talones de sus pies la tierra se abrió por la mitad,
se hicieron añicos, al dar vueltas, los Montes de los Cedros.
Negras se pusieron las blancas nubes,
al llover sobre ellas la muerte como una neblina.
Shamash alzó contra Humbaba los poderosos vientos huracanados;
viento del sur, viento del norte, viento del este y viento del oeste,
ráfaga, contrarráfaga, tifón, huracán y tempestad.
Viento del diablo, viento de escarcha, vendaval y tornado,
trece vientos se alzaron y el rostro de Humbaba se oscureció;
no podía avanzar, no podía retroceder.

Las armas de Gilgamesh llegaron entonces a Humbaba,
rogando por su vida, dijo Humbaba a Gilgamesh:
«Eres tan joven, Gilgamesh, tu madre acaba de alumbrarte,
pero en realidad eres el vástago de [la Vaca Salvaje Ninsun].
Por orden de Shamash las montañas allanaste,
Oh, vástago, nacido del centro de Uruk, el Rey Gilgamesh».

«Gilgamesh, un hombre muerto no puede,
[yo] vivo por su señor.
Perdóname la vida, oh Gilgamesh,
déjame vivir aquí para ti en [el Bosque de los Cedros].
Los árboles que tú ordenes, custodiaré tu mirto, 
madera que sea el orgullo de [tu] palacio».

Enkidu abrió su boca para hablar,
[diciendo a Gilgamesh:]
«No escuches, [amigo] mío, 
las palabras de Humbaba, [ignora] sus súplicas».

* * *

[Humbaba abrió su boca para hablar,]
[diciendo a Enkidu:]
«Tienes experiencia en las costumbres de mi bosque, las costumbres,
también tú conoces todas las artes del lenguaje.
Debería haberte agarrado y colgado de un árbol joven 
en el camino de entrada del bosque,
debería haber dado tu carne al gavilán chillón, 
a la voraz águila y al buitre».

«Ahora Enkidu, [mi] liberación depende de ti;
di a Gilgamesh que me perdone la vida».

Enkidu abrió su boca para hablar,
diciendo a Gilgamesh:
«Amigo mío, Humbaba el que custodia el Bosque de [los Cedros;]
acaba con él, dale muerte, pon fin a su poder.
Humbaba el que custodia el Bosque de [los Cedros;]
acaba con él, dale muerte, acaba con su poder,
antes de que Enlil el más importante se entere de lo que hacemos.
Los [grandes] Dioses se volverán contra nosotros con ira, 
Enlil en Nippur, Shamash en [Larsa],
para siempre establece [una gloria] perdurable, 
cómo Gilgamesh [dio muerte al fiero] Humbaba».

Humbaba oyó [lo que Enkidu decía,]
[alzó] su cabeza y escuchó.

* * *

[Humbaba abrió su boca para hablar,]
[diciendo a Enkidu:]
«Tú te sientas ante él como un pastor,
como su mercenario [haciendo lo que se le antoje].
Ahora, Enkidu, [mi liberación] depende de ti,
di a Gilgamesh que me [perdone] la vida».

Enkidu abrió su boca para hablar,
diciendo [a Gilgamesh:]
«Amigo mío, Humbaba el que custodia el Bosque de [los Cedros:]
[acaba con él,] dale muerte, [pon fin a su poder],
antes de que Enlil el más importante oiga lo que hacemos».

«Los [grandes] Dioses se volverán contra nosotros con ira,
Enlil en Nippur, Shamash en [Larsa],
para siempre establece [una gloria] perdurable,
cómo Gilgamesh dio muerte [al fiero] Humbaba».

Humbaba oyó y [los maldijo con amargura.]

* * *

«Que ninguno de los dos llegue a viejo,
que además de su amigo Gilgamesh, nadie sepulte a Enkidu».

Enkidu abrió su boca para hablar,
diciendo a Gilgamesh:
«Amigo mío, te hablo, pero tú no me oyes,
aunque las maldiciones,
[que esas maldiciones vuelvan] a su boca».

[Gilgamesh oyó las palabras] de su amigo,
sacó [el puñal de] su costado.
Gilgamesh [le golpeó] en el cuello,
Enkidu, mientras sacaba los pulmones.

Levantándose,
[de] la cabeza sacó los colmillos como botín,
[la lluvia] en abundancia cayó sobre la montaña,
en abundancia cayó sobre la montaña.

* * *

Gilgamesh [le dijo] a Enkidu:
«Ahora, amigo mío, debemos imponer nuestra victoria,
las auras se perdieron entre los matorrales,
las auras se perdieron, su fulgor es más tenue».

Endiku le dijo a Gilgamesh:
«Amigo mío, si capturas un ave, ¿adónde van sus polluelos?
Busquemos las auras más tarde,
pues las auras corren aquí y allá entre los matorrales».

«Golpéale de nuevo, da muerte a su servidor junto con él».

Gilgamesh oyó la palabra de su compañero.
Levantó el hacha en su mano,
sacó el puñal de su cinturón.
Gilgamesh le golpeó en el cuello,
su amigo Enkidu le dio ánimo.
Él cayó, por los barrancos corrió su sangre.

Humbaba el guardián, golpeó el suelo,
hasta dos leguas de distancia.
Con él dio muerte, los bosques. 

Él. 
Dio muerte al ogro, el guardián del bosque,
a cuyo grito se hendieron las cumbres de los Cedros,
las montañas temblaron, 
todas las laderas temblaron.

Dio muerte al ogro, el guardián de los cedros,
el roto.

Tan pronto como hubo dado muerte a las siete (auras),
la red de guerra de dos talentos de peso, y el puñal de ocho,
una carga de diez talentos cogió,
bajó pisando fuerte por la frondosidad del bosque.

Descubrió la morada secreta de los Dioses,
Gilgamesh talando árboles, Enkidu escogiendo la madera.

Enkidu abrió su boca para hablar,
diciendo a Gilgamesh:
«Amigo mío, hemos talado un cedro majestuoso,
cuya copa llega hasta el cielo».

«Haré una puerta, de seis varas de altura, 
dos varas de ancho, un codo de grueso,
cuya barra y puntas, arriba y abajo, serán de una pieza».

* * *

Recorrió el Bosque de los Cedros,
descubrió la morada secreta de los dioses.
El Nacido Salvaje, sabía dar consejo, dijo a su amigo:
«Con tu fuerza solamente diste muerte al guardián,
¿qué puede llevarte deshonor? 
Domina el Bosque de [los Cedros].
Busca para mí un cedro majestuoso,
cuya copa sea tan alta como el cielo».

«Haré una puerta tan ancha como el largo de un junco,
que no tenga espiga, que se desplace en la jamba.
Su lado será de un codo, su anchura el largo de un junco,
que ningún extraño se acerque, que un dios tenga amor por [ella]».

«A la casa de Enlil el Éufrates la portará,
que la gente de Nippur se regocije con ella.
Que el dios Enlil se deleite con ella».

Ataron una balsa, pusieron [el cedro sobre ella],
Enkidu fue el timonel y Gilgamesh,
[portaba] la cabeza de Humbaba.


Artista Anónimo;
Antigua Leyenda Sumeria.
Pintura del Texto,
por El Artista del Bien,
La Batalla de Gilgamesh con Humbaba.

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REVISTA SOBRE ESPIRITISMO EDICIÓN CINCO EN ESPAÑOL


REVISTA SOBRE ESPIRITISMO,
SIGNIFICATIVA EN CIENCIA Y CULTURA,
EDICIÓN CINCO EN ESPAÑOL.




Ilustración del texto,
por los creadores de la portada creativa,
La revista espírita.

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UN VIAJE POR NUESTRA GALAXIA


EN ASTRONOMÍA WEB;
PARA QUE DESCUBRAMOS EL UNIVERSO,
UN VIAJE POR NUESTRA GALAXIA.


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LIBROS Y LITERATURA


LIBROS Y LITERATURA;
UNA PÁGINA WEB,
SOBRE ESCRITORES Y POETAS DEL MUNDO.


Fotografía del texto;
por Annie Sprat,
Los libros de la fantasía.

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ANÓNIMO - LA EPOPEYA DE GILGAMESH TABLILLA IV


ARTISTA DE LA EPOPEYA
ANÓNIMO

LA EPOPEYA DE GILGAMESH

TABLILLA IV
EL VIAJE AL BOSQUE DE LOS CEDROS

[A las veinte] leguas, ellos partieron y comieron el pan,
[a las] treinta leguas, montaron el campamento.
[Cincuenta] leguas recorrieron en el curso de un día, 
al tercer día, [una marcha] de un mes y medio;
llegaron a una campiña y se acercaron más al Bosque de los Cedros.

[Frente al sol] cavaron [un pozo]
[pusieron agua fresca en vasijas.
[Gilgamesh subió a la cima de la montaña,]
[a la colina hizo una ofrenda de harina:]
«[Oh montaña, tráeme un sueño, que vea un signo favorable]».

[Enkidu hizo para Gilgamesh una Casa del Dios de los Sueños,]
[puso una puerta en su portal para alejar el mal tiempo].
[Dentro del círculo que había trazado le hizo acostarse,]
[y cayendo a plomo como una red se tendió en la puerta].

[Gilgamesh apoyó la mejilla en sus rodillas,]
[cayó sobre él el sueño que se extiende sobre la gente].
[En mitad de la noche llegó al final de su sueño,] 
[se levantó y habló a su amigo:]
«[Amigo mío, ¿no me has llamado? ¿Por qué me he despertado?]
[¿No me has tocado? ¿Por qué me he sobresaltado?]
[¿No ha pasado por aquí un Dios? ¿Por qué mi carne está helada?]
[Amigo mío, he tenido el primer sueño]».

«[El] sueño que he tenido [era una absoluta confusión:] 
[en] un valle entre montañas, [La montaña] caía encima de,
[entonces] nosotros como».

[El que] había nacido en la [estepa sabía dar consejo,]
Enkidu habló a su amigo, [le dijo el significado de su sueño:]
«Amigo mío, [tu] sueño es un buen augurio,
el sueño es precioso [y nos augura algo bueno]».

«Amigo mío, la montaña que viste [no podía ser Humbaba:]
[Nosotros] capturaremos a Humbaba, nosotros [le] [daremos muerte,]
[Abatiremos] su cadáver en el campo de batalla.
Y a la mañana siguiente [veremos un buen] símbolo [del Dios Sol]».

A las veinte leguas partieron [el pan,]
a las treinta leguas montaron [el campamento:]
Cincuenta leguas recorrieron en el curso de [un día,]
al tercer día una marcha de larga distancia;
que los acercó más al Bosque de los Cedros.
Frente al sol cavaron un pozo,
[pusieron agua fresca en sus bocas].

Gilgamesh subió a la cima [de la montaña,]
[a la colina] hizo una ofrenda de harina:
«Oh montaña, tráeme un sueño, [que vea un signo favorable]».

Enkidu hizo para [Gilgamesh una Casa del Dios de los Sueños,]
[puso una puerta en su portal para alejar el mal tiempo].
[Dentro del círculo que había trazado le hizo acostarse,]
[y cayendo a plomo como una red se tendió en la puerta].
[Gilgamesh apoyó la mejilla en sus rodillas,]
[cayó sobre él el sueño que se extiende sobre la gente].

[En mitad de la noche llegó al final de su sueño,]
[se levantó y habló a su amigo:]
«[Amigo mío, ¿no me has llamado? ¿Por qué me he despertado?]
[¿No me has tocado? ¿Por qué me he sobresaltado?]
[¿No ha pasado por aquí un Dios? ¿Por qué mi carne está helada?]
[Amigo mío, he tenido el segundo sueño]».

* * *

«Mi segundo sueño [supera] al primero.
En mi sueño, amigo mío, una montaña,
me derribó, me agarró por los pies y
el resplandor se hizo más intenso». 

«Un hombre [apareció,]
el más hermoso de la tierra, su belleza
[de] debajo de la montaña me sacó y
me dio a beber agua y mi corazón se [calmó].
[En] el suelo puso [mis] pies».

Enkidu [le] habló, [diciendo] a Gilgamesh:
«Amigo mío, lo haremos, es totalmente distinto.
Humbaba  no es la montaña, es totalmente distinto;
ven, deja a un lado [tu] miedo».

[A las veinte leguas partieron el pan,]
[a las treinta leguas montaron el campamento.]
[cincuenta leguas recorrieron en el curso de un día,]
[al tercer día una marcha de un mes y medio;]
[que los acercó más al Bosque de los Cedros].
[Frente al sol cavaron un pozo,]
[pusieron agua fresca en sus bocas].

[Gilgamesh subió a la cima de] la montaña,
[a la] colina [hizo una ofrenda de harina:]
«[Oh montaña,] tráeme un sueño, que vea [un signo favorable]».
[Enkidu] hizo para [Gilgamesh una] Casa del Dios de los Sueños,
[puso] una puerta en su portal para alejar el mal tiempo.
[Dentro del círculo que había] trazado le hizo acostarse,
[y cayendo a plomo] como una red se tendió en la puerta.
Gilgamesh apoyó la mejilla en sus rodillas,
cayó sobre él el sueño que se extiende sobre la gente.

[En] mitad de la noche, 
llegó al final de su sueño, se levantó y habló a su amigo:
«Amigo mío, ¿no me has llamado? ¿Por qué me he despertado?
¿No me has tocado? ¿Por qué me he sobresaltado?
¿No ha pasado por aquí un Dios? ¿Por qué mi carne está helada?
Amigo mío, he tenido el tercer sueño».

«El sueño que he tenido era una absoluta confusión;
el cielo bramaba, mientras la Tierra retumbaba,
el día se calmaba, la oscuridad descendía,
había un relámpago, el fuego estallaba,
flameaban [las llamas], llovía muerte.
Y los destellos del fuego terminaron,
[donde] había caído se convirtió en cenizas.
[Tú has] nacido en la estepa, ¿cómo puedes aconsejarme?».

[Habiendo oído las palabras de su amigo,]
Enkidu le reveló el significado de su sueño, diciendo a Gilgamesh:
«[Amigo mío,] tu sueño es un buen augurio, bueno es [su mensaje]».

«Nos acercamos, amigo mío, cada vez más al bosque,
los sueños son cercanos, la batalla será pronto.
Verás las radiantes auras del Dios,
de Humbaba, a quien en tus pensamientos tanto temes».

«Cerrando los cuernos como un toro le aporrearás,
y le obligarás a agachar la cabeza con tu fuerza.
El anciano que viste es tu poderoso Dios,
el que te engendró, el divino Lugalbanda».

[A las veinte] leguas [partieron el pan,]
[a las treinta] leguas montaron [el campamento:]
[cincuenta] leguas recorrieron [en el curso de un día,]
al tercer [día una marcha] de un mes y medio;
que los acercó más al Bosque de los Cedros.
[Frente] al sol cavaron [un pozo,]
pusieron [agua fresca] en sus bocas.
 
Gilgamesh [subió] a la cima [de la montaña,]
a la [colina hizo] una ofrenda [de harina:]
«[Oh montaña, tráeme un] sueño, [que vea un signo favorable]».

[Enkidu hizo para Gilgamesh una Casa del Dios de los Sueños,]
[puso una puerta en su portal para alejar el mal tiempo].
[Dentro del círculo que había trazado le hizo acostarse,]
[y cayendo a plomo como una red se tendió en la puerta].
[Gilgamesh apoyó la mejilla en sus rodillas,]
[cayó sobre él, el sueño que se extiende sobre la gente].

[En mitad de la noche llegó al final de su sueño,]
[se levantó y habló a su amigo:]
«[Amigo mío, ¿no me has llamado? ¿Por qué me he despertado?]
[¿No me has tocado? ¿Por qué me he sobresaltado?]
[¿No ha pasado por aquí un Dios? ¿Por qué mi carne está helada?]
[Amigo mío, he tenido el cuarto sueño]».

«Amigo mío, he tenido el cuarto,
supera a mis otros sueños.
He visto un Ave de la Tempestad en el cielo,
se elevaba como una nube, volando alto sobre nosotros».

«Era un, su rostro deformado,
su boca era fuego, su aliento era muerte.
[Había también un] hombre, tenía una forma extraña,
él y estaba allí en mi sueño.
[Ató] sus alas y me agarró del brazo,
la derribó [ante] mí, sobre ella».

Después de una breve laguna, Enkidu explica el sueño:
«[Viste un Ave de la Tempestad en el cielo,]
[arriba] [subió como una] nube, volando alto sobre nosotros».

«Era un, su rostro deformado,
su boca era fuego, su aliento era muerte.
Temerás su formidable esplendor,
yo su pie y te dejaré elevarte».

«El hombre que viste era el poderoso Shamash»

«[Amigo mío, favorable es] tu sueño, este 
Humbaba como, se encenderá sobre [él.]

«Provocaremos su, ataremos sus alas, haremos.
Su, nos alzaremos sobre él.
[Y a la siguiente] mañana, 
[veremos] un signo favorable del Dios Sol».

[A las veinte leguas] partieron el pan,
[a las treinta] leguas montaron el campamento:
[cincuenta leguas] recorrieron en el curso [de un día].
[Frente al sol] cavaron un [pozo,]
[pusieron agua fresca] en sus bocas.

Gilgamesh [subió] a la cima [de la montaña,]
a [la colina] hizo una ofrenda de [harina:]
«[Oh montaña, tráeme] un sueño, [que vea un] signo [favorable]».

Enkidu [hizo] para [Gilgamesh una Casa del Dios de los Sueños,]
puso una [puerta en su portal para alejar el mal tiempo].
Dentro del círculo [que había trazado le hizo acostarse,]
[y cayendo] a plomo [como una red] se tendió [en la puerta].
[Gilgamesh] apoyó la [mejilla en sus rodillas,]
[cayó] sobre [él el sueño que se extiende sobre la gente].

[En mitad de la noche llegó al final de su sueño,]
[se levantó y habló a su amigo:]
«[Amigo mío, ¿no me has llamado? ¿Por qué me he despertado?]
[¿No me has tocado? ¿Por qué me he sobresaltado?]
[¿No ha pasado por aquí un Dios? ¿Por qué mi carne está helada?]
[Amigo mío, he tenido el quinto sueño]».

«Amigo mío, he tenido un sueño;
qué ominoso era, qué sombrío, qué oscuro,
tenía agarrado a un toro de la estepa,
mientras hendía el suelo con sus bramidos,
las nubes de polvo que levantaba se elevaban en el cielo,
y yo, delante de él, me incliné hacia delante».

«Agarrando, rodeó mis brazos.
Se soltó de [mí] por la fuerza.
Mi mejilla, mi,
agua me [dio] [de beber] de su odre».

«El [Dios,] amigo mío, contra el que vamos,
no es el toro salvaje, es totalmente distinto.
El toro salvaje que viste era el brillante Shamash,
él agarrará nuestras manos en los momentos de peligro».

«El que te dio de beber agua de su pellejo
era tu Dios que te respeta, el divino Lugalbanda.
Uniremos las fuerzas y haremos algo único,
una gesta que nunca se ha hecho en la tierra».

«[¿Por qué, amigo mío, tus lágrimas] corren?
[Oh vástago nacido del] centro de Uruk,
ahora levántate y Gilgamesh [el rey,] 
el vástago nacido del centro de Uruk,

[Shamash] oyó lo que había hablado,
[enseguida] [desde el cielo se oyó] una voz:
«Deprisa, enfréntate a él. Humbaba no debe [entrar en su bosque,]
[no debe] bajar a la arboleda, no debe».

«[No debe] envolverse en los siete velos.
[El que] se envuelve en ellos, de seis se ha despojado».

Ellos.
Como un feroz toro salvaje, los cuernos cerrados.
Bramó una vez, un bramido lleno de terror, 
el guardián de los bosques bramaba.

Humbaba [tronaba] como el Dios de la Tormenta.

[Enkidu] abrió su [boca] para hablar,
[diciendo a Gilgamesh:]
«Hemos llegado y mis brazos se entumecen».
[Gilgamesh] abrió su boca para hablar, diciendo [a Enkidu:]
«¿[Por qué,] amigo mío, [hablamos] como hombres débiles?
¿[No hemos] cruzado todas las montañas?
¿[No hemos] ante nosotros?».

«Antes de retirarnos,[amigo] mío, 
experimentemos en el combate,
aquel que batalla, tú y yo no tememos,
como un derviche, y cambiamos.

Que [tu grito] resuene [como] un timbal,
que la rigidez abandone tus brazos, los temblores [tus rodillas]
Coge mi mano, amigo, y continuaremos el camino juntos,
[que] tus pensamientos sean solo para el combate.
Olvida la muerte y [busca] la vida».

«El hombre cuidadoso.
[Aquel que] va el primero esté en guardia para sí mismo 
y dé seguridad a su compañero.
Así es como se labrarán una gloria duradera para el futuro».

[Al] lejano bosque, los dos llegaron,
[dejaron de] hablar y se detuvieron.


Artista Anónimo;
Antigua Leyenda Sumeria.
Ilustración del texto,
por El Artista del Bien,
La Figura de Gilgamesh.

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