JOSÉ GINACIO RENGIFO
GARZAS NEGRAS
ALLEGRO
Mab; reina de las hadas, te ilumine tus sueños, princesa.
Vuelan mariposas de colores alegres en la mañana gentil,
se llenan los espacios ignotos con notas del Mozart niño.
Y canta un Cardenal de pecho rojo turquí, a la niña de mí.
Y yo cual Iseo, hago de orador en tu día, hoy un feliz cumpleaños,
diciéndote en mil versos la dicha de tenerte hija de mi corazón.
Y en este día caluroso del dios Ra, entonamos un romancero,
que te dice lo hermosa y lo tierna y lo vital, que eres en nosotros.
Recuerdos de blancas y negras de un piano italiano, que musita,
las alegrías de estas almas que lejos gritan tu nombre; Daniela.
Y la virgen morena que carga en brazos su niño, sonríe cuando oye tu nombre.
Y se mecen los bambús de mi casa en tu honor, hija mía.
EL RELOJ
Tales de Mileto, fundió en una palabra el tiempo,
lo devino en imágenes que veía a través de espejos tras espejos,
en relojes de arena del desierto, en los estados de la diosa Isis.
La palabra es innombrable por quien la diga; piedra de arena será.
Y los hombres sabios luego la encerraron en un reloj mecánico,
que volvía sobre el tiempo sus manecillas, recogiendo el pasado y el futuro.
En dualidades de espacio y tiempo, el de los seres reales e irreales,
en otra dimensión de los sueños, de los hombres de cristal.
Hasta el fin de los tiempos en que empezará a devolver sus manecillas
para dar fin a todo lo existente y etéreo en el universo.
Y seremos solo espíritus y antimateria, que poblara el universo y por fin,
lograremos saber que nunca estuvimos solos.
José Ignacio Rengifo,
Artista de Colombia.
Pintura del texto,
por Jarvier Mejía,
Garzas Negras.
Mab; reina de las hadas, te ilumine tus sueños, princesa.
Vuelan mariposas de colores alegres en la mañana gentil,
se llenan los espacios ignotos con notas del Mozart niño.
Y canta un Cardenal de pecho rojo turquí, a la niña de mí.
Y yo cual Iseo, hago de orador en tu día, hoy un feliz cumpleaños,
diciéndote en mil versos la dicha de tenerte hija de mi corazón.
Y en este día caluroso del dios Ra, entonamos un romancero,
que te dice lo hermosa y lo tierna y lo vital, que eres en nosotros.
Recuerdos de blancas y negras de un piano italiano, que musita,
las alegrías de estas almas que lejos gritan tu nombre; Daniela.
Y la virgen morena que carga en brazos su niño, sonríe cuando oye tu nombre.
Y se mecen los bambús de mi casa en tu honor, hija mía.
EL RELOJ
Tales de Mileto, fundió en una palabra el tiempo,
lo devino en imágenes que veía a través de espejos tras espejos,
en relojes de arena del desierto, en los estados de la diosa Isis.
La palabra es innombrable por quien la diga; piedra de arena será.
Y los hombres sabios luego la encerraron en un reloj mecánico,
que volvía sobre el tiempo sus manecillas, recogiendo el pasado y el futuro.
En dualidades de espacio y tiempo, el de los seres reales e irreales,
en otra dimensión de los sueños, de los hombres de cristal.
Hasta el fin de los tiempos en que empezará a devolver sus manecillas
para dar fin a todo lo existente y etéreo en el universo.
Y seremos solo espíritus y antimateria, que poblara el universo y por fin,
lograremos saber que nunca estuvimos solos.
José Ignacio Rengifo,
Artista de Colombia.
Pintura del texto,
por Jarvier Mejía,
Garzas Negras.