JOSÉ IGNACIO RENGIFO
SUSTENTACIÓN DE CUARENTENA
TUS OJOS
Descansan tus hermosos ojos en la noche que llega,
rompiendo la distancia con el día que se va entre cuerdas
de cítaras curvas y tamboriles de mares de ninfas azules
y sueños en pinceladas en colores, que se quiebran en la mano de Dios.
Cantan las sirenas del Egeo, sevillanas traídas del otro lado,
lejos muy lejos se alcanza a oír en los bosques,
junto a la noche llena de cocuyos, la música griega.
En paralelos; los reflejos en espejos, se eternizan en luces de estío,
en vaivenes de estrellas negras; pasaje al inframundo de los sueños,
camino por donde una noche nosotros escaparemos para siempre.
Y serán vuelos de mortales en las lunas de Saturno; lluvias de calor,
voraces incendios de los infiernos de las dichas amatorias del fin,
seremos uno solo, un finito número en la clave del universo.
SUSTENTACIÓN
La nada que te atrae en los arcos negros
de insondables abismos de desesperación
están llenos de locuras en formas de dragones
que te llaman con sus ojos incandescentes.
El espacio azul cruzado de arco iris,
te hala llevándote por los aires de la dicha y el sueño,
tus lamentos silenciosos, cual Dido nocturnal,
son vuelos escuchados en un corazón que te ama.
Nada, nada es éter, transito del fin de las vidas,
todos los pájaros vuelan, pero todos no cantan igual su belleza,
palabras de un poeta vallenato y guajiro, donde es claro,
sólo suenan estos cantos en tus oídos melancólicos.
OLVIDOS Y DESPEDIDA
Fueron mis recuerdos,
los colores que hoy se destiñen en la bruma
de días y noches perdidos, anuncio del fin.
Hadiz, caballero de la palabra con mil significados,
nos dice del buscar en nuestro corazón, el amor divino,
se llenan los árboles de flores, anuncio del nacimiento,
obliterar los versos que nutran el alma de los olvidados,
que en el tiempo detenido sean violines suaves a sus oídos,
cantos en silencio; danza, danza garza del aire cálido.
Aquel quien alumbró el sol con una lámpara, en busca de la verdad,
quemó sus ojos curiosos viendo la oscuridad del todo.
Oh, señor, muéstranos las cosas tal como son en esta isla de la ilusión;
baten sus alas, los ángeles al despedirse de Dios.
UN POEMA EN EL ABISMO
En los abismos, allá solitario, avisté un poema,
algún descuido lo perdió en lo profundo,
sólo palabras húmedas y muertas de frio,
algunos recuerdos ya borrosos del amor.
Reclamos de vidas perdidas en la fantasía,
alucinaciones en vórtices de locura y soporíferos,
voz de las cosas inexistentes en francés dulce,
mujer ecléctica de huesos largos, garza enamorada
de un artista que la desnuda en su poema perdido,
quien la convierte en una musa; esencia divina,
morir y luego ir en su búsqueda al otro mundo;
habitad de todos los sueños, el arco iris del amor total.
José Ignacio Rengifo;
Poeta de Colombia.
Fotografía del texto,
por Kique Rocha,
El poeta en la noche del exilio.
