ARTISTA DEL POEMA
JOSÉ ANTONIO ROSALES BATTELLI
ELLA
Ella;
Exilio, migración,
destierro.
Liturgia irregulada de protocolos,
cuyo culto desnudo
emancipa la carne del hueso
y el silencio
es la taxidermia de quien
anestesia con súbitos arcanos
las ceremonias
del luto lingüístico.
Exilio;
elevada inconceptualización
de presencia arbórea.
Ingrávida semántica
del cemento hecho urna.
Lexema tácito,
improvisto de predicativos,
evocativos al depósito dérmico,
en la insustancialidad
de siluetas calcáreas
al sustrato estalagmitico.
Migración;
en suspensión intransitiva,
se subleva de piel
la análoga realidad
en los disturbios
de los entes,
por ocupar a gritos
cualquier determinismo
de formatos.
Morfema derivativo
a la impermanencia del sujeto
y la gramática de un nombre
es la raíz del ostracismo,
confiriendo a la exterioridad
su confinamiento a un pueblo herboso,
cuya ventana exilio al concreto
por subliminar lo comprimido
en un estar,
que tan solo es el rostro
del cielo abierto.
Destierro;
el idilio trasmuta,
uno del espejo,
dos del desierto.
El sahumar de su Corpus Christi,
retorna imbuida por encima
de su cola
en efecto herbicida,
Sublimis,
ante la acción sistémica
de un cuerpo biológico
que como cera,
extiende el desmembramiento
del sintagma,
como objeto directo.
José Antonio Rosales Battelli;
Poeta de Venezuela.
Fotografía del texto,
por Robert Balog,
La dama y la rosa.