jueves, 15 de febrero de 2024

REGLA MARÍA ESTRADA CRESBAL - AMOR PARA TRES


ARTISTA DEL CUENTO
REGLA MARÍA ESTRADA CRESBAL

AMOR PARA TRES

Corría una tarde nublada del año 1970 en la ciudad de La Habana, Cuba. Para aquella ocasión, los recién casados, se dispusieron a dar su habitual paseo de domingo. Allí estaban los dos, salpicándose con las olas trasparentes, que rompían entre las rocas del malecón. A lo lejos, se escuchaban los interminables gritos de un pregonero, el sonido de la guitarra de un artista autodidacta con un talentoso sabor musical y de vez en cuando sonaba el ruido espantoso de los almendrones, circulando por la calle. Así bien, se dio la tarde de ellos, hasta cuando regresaron juntos a casa, agotados de su paseo dominical.
Al día siguiente, ella se levantó y preparó el habitual desayuno para su esposo. Sus vidas transcurrían en aparente felicidad, hasta cuando empezaron los conflictos sobre las historias de amor. Laura era una joven con sueños, deseaba crecer profesionalmente y no consideraba el matrimonio como un obstáculo para lograrlo. En cuanto a su esposo, Carlos Javier, ingeniero de profesión, era de esos hombres con mente retrógrada, que piensan en las mujeres como un objeto sexual, las cuales únicamente sirven para cuidar de la casa y los hijos.
En el pasado, ellos habían tenido ya varias conversaciones sobre este tema lastimoso, pero Carlos Javier nunca estaba de acuerdo. No permitía que Laura trabajara bajo ningún concepto. 
Luego entonces de pensar en que sería lo mejor para ella, respecto a su presente y su futuro, la joven al cabo de un tiempo, decidió romper con su marido y regresar a su casa natal. Allí encontraría el apoyo incondicional de su madre. La vida igual tenía que seguir el curso del tiempo, ella por lo tanto en lo personal, decidió retomar su carrera de diseñadora y Javier se vio más ligado con la separación a los vicios y al alcohol. 
Pasaron mientras tanto en sus vidas, unos tres meses desde la disolución del matrimonio. En cuanto a la joven, ella sentía algo raro y distinto  en su cuerpo. Además por los síntomas, la joven en lo profundo de su alma, sabía lo que estaba sucediendo adentro de ella. Qué haría entonces con su vida. Era otra decisión, que debía tomar de ser real lo que estaba experimentando en su naturaleza de mujer.
Ante esta realidad, ella fue una mañana a consulta médica en compañía de una amiga para tener la certeza de su estado actual y efectivamente, no había más dudas, la joven estaba embarazada, iba a convertirse en madre. 
En esta nueva situación, llegó a la joven una duda, que acechó varias veces su pensamiento y era cómo enfrentaría sola al embarazo, sin el apoyo de Javier. Lo correcto sería contarle, pero que pasaría si Javier no la dejaba continuar los estudios de su carrera profesional.
Además de todo, Carlos permanecía enredado en sus vicios, ya no era aquella persona, la cual había conocido en el pasado y junto a quién determinó unirse en matrimonio. 
Ya un tiempo después, el cuerpo de Laura comenzó a sufrir una hermosa metamorfosis, su vientre creció, sus senos se hincharon y su apetito aumentó de manera increíble.
-Ya va quedando poco tiempo, Mamá-Dijo la muchacha.
-Sí, mi amor, no te preocupes, siempre tendrás nuestro apoyo, nunca te dejaremos sola.
Las palabras de su madre le servían de aliento, encontraba en ellas el apoyo y la fuerza, que necesitaba para seguir adelante. Luego llegó el momento tan ansiado. Esa noche, se levantó y sintió algo correr entre sus piernas.
-¡Madre!-Gritó. 
La señora apareció al instante.
-He roto la fuente.
Recogieron todo y partieron inmediatamente hacia el hospital. Unas horas después, había dado a luz a una preciosa bebé, a quien le puso por nombre, Carla Alejandra. Era una niña hermosa con mucha vitalidad y cada vez que miraba sus angelicales ojos, recordaba con tristeza a su amado. Pero una madre nunca se rinde. A pesar de las adversidades, Laura siguió adelante con su bebé, la cual fue siempre su prioridad.
Laura, se hizo además una mujer fuerte y emprendedora. Su vida se compartía entre el trabajo y su hija, donde pese a todo lo difícil, ser madre era maravilloso.
Ya con el paso del tiempo, fue creciendo la niña, quien era muy inteligente y talentosa en la escuela. A propósito en ese contorno social, ella inició su interrogante sobre la existencia del padre. Todos sus amigos, hablaban de esa importante figura familiar, pero dónde estaba su padre y quién era su progenitor. Laura, le hablaba a menudo de él, aunque poco, su corazón latía fuerte dentro del pecho, cuando lo recordaba. 
Años después, Carla se convirtió en una linda muchacha y para esta nueva época, llegó a recibir su grado profesional de Medicina en Oncología. Carla, debía este título a su madre Laura, quien la había apoyado en toda su carrera profesional. Ella con dedicación, había logrado hacer realidad su gran sueño. Y en sus vacaciones de grado, ella tuvo un verano fantástico, que nunca olvidará. 
Para la eventual ocasión, su querida Laura, caminaba por la Avenida 23 en El Vedado, zona central de La Habana. Era una tarde calurosa de esas que invitan a degustar un helado de coppelia en medio de la sociedad cubana. Y mientras ella esperaba en las canchas, se le acercó una persona, quién a pesar de los años y lo maltratado de su rostro, reconoció ninguna sin duda, quien era una amiga de la Universidad.
-¡Laura!-Dijo con asombro la mujer-Cuánto tiempo sin vernos.
-Rachel, querida amiga, ¿Qué ha sido de tu vida?
Allí bien, disfrutando de sus helados, se pusieron al día. Y cuál fue el asombro de Laura al saber por Rachel y el paradero de Javier. Este hombre residía actualmente en la Isla, en casa de unos parientes, quienes al verlo en el deplorable estado en que se encontraba viviendo, luego de su separación, sintieron pena por él y lo llevaron a vivir con ellos, todavía no había tenido hijos y no sabía nada sobre la existencia de Carla.
-Amiga, Javier está en el derecho de saber que tiene una hija.
-Sí, Rachel, necesito me lleves adonde él, para contarle la noticia.
Luego fueron hasta su casa y allí en medio de la tarde, Laura y Javier, tuvieron un hermoso encuentro, dos corazones se encontraron nuevamente, para volver a unirse en amor. Fue además tanta la alegría de Javier al saber que tenía una hija, que no cesaba de llorar. Saber que era padre y haber reencontrado a su querida Laura, lo ayudó mucho más en su recuperación. El amor, lo convirtió increíblemente en un hombre nuevo y en un padre de bondad.

Regla María Estrada Cresbal;
Artista de Cuba.
Fotografía del texto,
por Laura Laimin,
La Familia de la Isla Mágica.
Pintura digital de texto,
por Velt,
La Familia de la Isla Mágica.

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