sábado, 11 de marzo de 2023

SIXTO PROPERCIO - EL TRIUNFO SOBRE EL RIVAL


ARTISTA DEL POEMA
SIXTO PROPERCIO

EL TRIUNFO SOBRE EL RIVAL

¿Es que te has vuelto loca y no te retiene mi amor por ti?  
¿O valgo para ti menos que la helada Iliria?
¿Y tan gran cosa te parece ése, quienquiera que sea, 
como para que desees desplegar las velas sin mí con cualquier viento? 
¿Puedes tú oír sin miedo los bramidos del mar enloquecido  
y puedes tenderte para dormir en una dura nave?
¿Puedes tú hollar con esos tiernos pies la escarcha caída, 
tú aguantar, Cintia, la nieve a la que no estás acostumbrada?

Ojalá duren el doble las brumas del invierno 
y las Pléyades tardías, dejen inactivo al marinero,
para que no se suelten para ti las amarras en la costa 
del Tirreno ni una brisa enemiga, se lleve mis súplicas.

Y que yo no vea que amainan los vientos hasta el punto 
de que las olas se lleven la nave en que viajas y 
tengan que soportar mi presencia, clavado en la vacía orilla,
donde sin cesar, te llame con una mano amenazadora.

Sin embargo, aunque mereces perjura, 
cualquier cosa de mí, que Galatea te asista en la travesía;
que a ti, sorteadas las rocas Ceraunias con remos venturosos, 
te reciba Orico en sus tranquilas aguas.

Más ninguna mujer podrá seducirme, 
como para que yo, vida mía, 
deje de añorarte con lamentos en tu umbral
y sólo pregunte con insistencia a los marineros:
¿En qué puerto está retenida mi amada?
Y añadiré con amor: Aunque esté en la orilla de Atracia, 
y aunque en las de Iliria, ella ha de ser mía.

¡Se quedará aquí!. ¡Lo juró y aquí permanece! 
¡Que revienten mis enemigos! 
¡He ganado, se rindió a mis ruegos insistentes! 
Ya puede la avara envidia renunciar a falsas alegrías,
mi Cintia desistió de viajar por rutas desconocidas. 
Ella me quiere y por mí dice que Roma es lo más querido, 
y sin mí dice que no hay reinos que sean dulces. 

Ella ha preferido dormir conmigo, aun en un lecho angosto, 
y ser de cualquier modo mía, 
para al fin poseer el antiguo reino que heredó Hipodamía 
y las riquezas que antes Élide había ganado con sus caballos. 
Aunque él le diera grandes regalos, aunque le prometa otros mayores, 
sin embargo no ha huido de mi regazo. 

A ella no he podido doblegar ni con oro ni con perlas de la India, 
sino con el regalo de los versos enternecedores.

¡Y existen las Musas y no es remiso Apolo con el enamorado; 
en ellas confío para amar, la Cintia incomparable es mía! 

Ahora puedo hollar con mi planta las estrellas más altas,
venga el día o venga la noche, ella es mía.
No me quitará ese rival su amor acendrado,
esa gloria conocerá mi encanecida cabeza.


Sixto Propercio,
Artista de Italia.
Fotografía del texto,
por Mary Evans,
el rostro de Sixto Propercio.

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