ARTISTA DEL POEMA
JAVIER CLAURE COBARRUBIAS
CUADRO PINTADO A PLUMILLA
A Evelyn Ortego Mata
Maternidad
divina redondez portadora de vida
locura de buscarte en un cuadro
pintado a plumilla
por manos que yacen para siempre.
Espacio de ternura
líneas que vieron arder la tinta
mientras las horas se perdían
en jazmines con magnolias y quimeras.
Como rocío de madre selva llegaste al mundo
como con tinte purpurino de sus flores.
La luna te vio nacer y
el sol te vio sonreír
y es que tu cuna se mecía
por el camino apacible de la noche
apenas turbada por el viento.
Toda Venecia esperaba tu llegada
y tu nombre flameaba por la nueva historia
cuándo dormías bajo tu galaxia
junto a las rondas de Gabriela Mistral
quizá donde apuntaba tu estrella
quizá donde la musa caía boquiabierta.
Y tú, mitificada por los astros
en las desnudas formas de la inocencia
te iniciaste al llanto
a flor de los braceros
que despedían aromas de áloe.
Luego con el tiempo
cuando pintabas una mesa
un paisaje y un gato con los ojos tornasolados
o cuando vestías a tu muñeca
con su traje dominguero
nadie preguntaba
si las noticias eran buenas o malas
si era miércoles o domingo.
Como rocío de madreselva llegaste al mundo
como con tinte purpurino de sus flores.
Nacer en cualquier signo del zodiaco
y apresurarse a salir
en el instante menos pensado
a la engañosa ilusión de la vida
es un arte de navegación.
Flotar entre nubes y
entre guirnaldas de una playa colgante
o estar simplemente
donde surge la llovizna
para bañarte en el néctar de la existencia
que cae al acantilado de tu alma
como el líquido amniótico de aquel sueño.
Detenerse en la orilla de un patio
ver tu vestido floreado con tus medias de seda
y tus zapatos charol
y ver el pañuelo que se esfuma en el aire
es un juego de hadas blancas.
Quién pudiera
hacer una fiesta en tus cabellos
y dibujarte otra vez
en ese volumen transparente
y trazar la línea indeleble de tu sonrisa.
Quién pudiera volver
a ese cálido vientre
para vivir nuevamente
como pez en el agua
desde el lugar en que te encuentras.
Como rocío de madreselva llegaste al mundo
como con tinte purpurino de las flores.
Javier Claure Cobarrubias,
Artista de Bolivia.
Fotografía del texto,
por Susanne Jutzeler,
El conejo de la vida.