domingo, 31 de mayo de 2020

DIANNE VAN GIERSBERGEN THE RECITAL MY DREAM I DREAM


ARTIST PRESENTATION;
DIANNE VAN GIERSBERGEN,
RECOGNIZED MASTER FROM HOLLAND.



DIANNE VAN GIERSBERGEN;
THE ARTIST FROM HOLLAND,
DECANTS IN THIS GOOD TIME,
FOR OUR LIFES, THE LOVELY POEM,
MY DREAM I DREAM.


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PRIMER ENCUENTRO LITERARIO DE ISQUA AÑO 2020


PRIMER ENCUENTRO LITERARIO DE ISQUA;
ARTISTA INVITADO,
RUSVELT NIVIA CASTELLANOS.
DOMINGO 31 DE MAYO,
COLOMBIA, AÑO 2020.

Para mayor información,
vista los portales cibernéticos,
Semillero Isqua.



Fotografía del texto,
por los creadores del colectivo,
Semillero Isqua.

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jueves, 28 de mayo de 2020

LA LITERATURA DEL ARTE NUEVA CONVOCATORIA PARA LA REVISTA LITERARIA AÑO 2020



LA LITERATURA DEL ARTE
CONVOCATORIA PARA LA REVISTA LITERARIA
AÑO 2020

Para este año del 2020, La Literatura del Arte, los invita a participar en su revista virtual, que se expande a los artistas de toda Hispanoamérica.
Así bien, sobre esta novena edición, queda el espacio abierto para las creaciones de cuento y poesía. 
Más de conformidad actual, nosotros como gestores culturales, proseguimos con estos ideales literarios, por el bien de los artistas. 
En tanto es claro, ustedes por habernos dado el buen reconocimiento, quienes nos aprecian con sus lecturas, tienen aquí para la nueva revelación esta revista.
Y con mucha querencia, sean siempre bienvenidos. 

Condiciones específicas:

1. Podrán presentar sus trabajos todos los autores interesados, procedentes de cualquier lugar de América Latina. 

2. El plazo de la convocatoria comienza el 1 de junio del año 2020 y finaliza el 31 de julio del año 2020.

3. Se establece una sola categoría, personas mayores de 18 años en adelante hasta las personas más viejas.
 
4. La temática; Libre.

5. Los textos tendrán una extensión como máximo de 1000 palabras, sin contar espacios. Y por género literario, será máxima una propuesta, que podrá ser una de cuento y una de poesía. 

6.  De las postulaciones resultantes, se escogerán las de mayor aura, todas por supuesto deberán ser obras originales, que tengan buen manejo del lenguaje español.

7. Las obras se enviarán a este correo electrónico: laliteraturadelarte@hotmail.com. Para el caso de escritos y poemas, irán dos archivos adjuntos en Word, uno con los datos personales del autor; foto del artista, reseña biográfica breve, nombre y apellidos, región natal, país, número de cédula, seudónimo con el que participa, dirección del contacto, teléfono, correo electrónico. Y el segundo, contendrá como tal, la obra artística, firmada con seudónimo. 

8. Las mejores creaciones artísticas, que cumplan estas condiciones, serán publicadas en formato virtual por la revista, La literatura del arte, exclusivamente para la novena edición virtual.

9.  La literatura del arte, publicará las mejores obras a su consideración, pero no se hace responsable por plagio y además los autores al participar autorizan la reproducción de su obra por medio de la revista para su novena edición virtual. La literatura del arte, igual se reserva el derecho de una posible publicación impresa, organizada con los artistas que fueron escogidos.

10. El jurado estará conformado por los integrantes de la revista. Ellos darán a conocer en el mes de agosto los resultados y se pondrán en comunicación con los autores. 

11. La revista virtual, quedará a libre disposición en nuestro espacio cibernético para todos los lectores

12. La participación en esta convocatoria, implica la total aceptación de sus condiciones y el fallo sobre los ganadores, será inapelable.  

La literatura del arte
2020

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LA VIDA DESPUÉS DE LA VIDA


EL MAESTRO ESPIRITUAL;
DIVALDO PEREIRA FRANCO,
NOS DILUCIDA EN ESTA CONFERENCIA,
LA VIDA DESPUÉS DE LA VIDA.



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HÄNSEL UND GRETEL - ABENDS WILL ICH SCHLAFLEN GEHEN


HÄNSEL UND GRETEL; 
ABENDS WILL ICH SCHLAFLEN GEHEN,
REGIE, HELMUTH FROSCHAUER,
CHOR, WIENER SÄNGERKNABE.
 


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JULIO CÉSAR ARCINIEGAS - LA ABREVIATURA DEL ÁRBOL III



ARTISTA DE LOS POEMAS
JULIO CÉSAR ARCINIEGAS

LA ABREVIATURA DEL ÁRBOL

DESNUDEZ

Temo al olor ancestral del abandono,
a esta envejecida luz que a cuestas llevan los abismos,
al duendecillo que hace el color de los tallos,
al odio implorante de los árboles,
a su olor cuando están lejos del cielo.
Temo beber estos vasos de polvo,
a la desnudez de la hoja blanca,
al tinte de las derrotas, a la dicha,
que es parte de la desdicha,
el miedo es mi otra piel.

VERDAD

Deja que las hordas muerdan el color de tu piel,
que la Diosa de ojos estuosos oculte los calendarios,
las épocas de las plantas en flor.
Luego los pájaros convocarán la verdad
del remoto lugar donde el sol excita
instintos en la mariposa o en el ave que conserva
largo tiempo el tinte del bosque oscuro.
Verás languidecer tus espinas, 
ante la luz de las lámparas.

SALMO VERDE

Alguno de los salmos oscilaba verde
y usufructuaba la luz de las encarnaduras.
El árbol y su obra tañe los deleites,
los duendes del aire, los aventureros,
los elementos del verdadero rostro,
las deidades rejuvenecidas del jardín.
Aún después del saqueo, del arrepentimiento,
de la discordia del fruto y sus guerras,
el árbol asciende por sus vértices,
y amanece.


Julio César Arciniegas;
Poeta de Colombia.
Fotografía del texto,
por Bessy,
El árbol y el sol.

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NUEVA CONVOCATORIA PARA LA REVISTA CULTURAL DIDASKO AÑO 2020



CONVOCATORIA PARA LA REVISTA DIDASKO CINCO

AÑO 2020


¡Ya estamos recibiendo escritos y trabajos 

para el próximo número de Acceso Didasko 

a salir este verano-otoño 2020, 

envía tu trabajo ya!


Periodo de convocatoria;

24 de mayo de 2020 al 24 de julio de 2020.


Selección de trabajos para publicación; 

Desde el recibido de las solicitudes.


Publica con nosotros, 

no conservamos tus derechos de autor y es gratis. 

Envía tus trabajos al siguiente correo electrónico.


revistadidasko@gmail.com


Para mayor información,

vista la revista cultural,

Didasko.


Revista cultural Didasko.


https://revistadidasko.wordpress.com/


Convocatoria para la revista cultural Didasko.


https://revistadidasko.wordpress.com/convocatorias-revista-digital-acceso-didasko-rad/


Fotografía del texto,

por los creadores de la revista.

Dadasko.


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LA REVISTA CULTURAL DIDASKO



LA REVISTA CULTURAL DIDASKO;
CREADA EN BOSTON, ESTADOS UNIDOS,
SOBRE CIENCIAS HUMANAS Y ARTES,
UNA MUY BUENA CREACIÓN,
PARA TODOS LOS AMIGOS QUE AMAN LA SABIDURÍA.


Fotografía del texto,
por Stine Angel,
La mujer del libro luminoso.

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miércoles, 27 de mayo de 2020

RECITAL DE POESÍA VIRTUAL EN TIEMPOS DEL CORONAVIRUS AÑO 2020



RECITAL DE POESÍA VIRTUAL EN TIEMPOS DEL CORONAVIRUS

HOMENAJE A LOS ESCRITORES Y POETAS DEL ARTE,
DÍA DEL EVENTO, JUEVES 28 DE AMOR, AÑO 2020,
INCIO A LAS 9:00 DE LA MAÑANA, HORA COLOMBIANA.

LUGAR VIRTUAL DEL INGRESO PARA LOS ESTUDIANTES 
Y DOCENTES PARTICIPANTES Y DEMÁS CIUDADANOS DEL BIEN,
QUE SON AMIGOS DE LAS LETRAS Y LA SABIDURÍA,
UNA CORDIAL BIENVENIDA.



CONTRASEÑA DE INGRESO
33-105

Fotografía del texto,
por los creadores del recital de poesía,
La biblioteca del árbol.

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HESIODO - LAS MUSAS ENTRE LOS HOMBRES



ARTISTA DEL POEMA
HESIODO

LAS MUSAS ENTRE LOS HOMBRES

Al que honran las hijas del poderoso Zeus, y le miran al nacer, de los reyes vástagos de Zeus, a éste le derraman sobre su lengua una dulce gota de miel y de su boca fluyen melifluas palabras. Todos fijan en él su mirada cuando interpreta las leyes divinas con rectas sentencias y él con firmes palabras en un momento resuelve sabiamente un pleito por grande que sea. Pues aquí radica el que los reyes sean sabios, en que hacen cumplir en el ágora los actos de reparación a favor de la gente agraviada fácilmente, con persuasivas y complacientes palabras. 
Y cuando se dirige al tribunal, como a un dios le propician con dulce respeto y él brilla en medio del vulgo. ¡Tan sagrado es el don de las Musas para los hombres! 
De las Musas y del flechador Apolo descienden los aedos y citaristas que hay sobre la tierra; y de Zeus, los reyes. ¡Dichoso aquel de quien se prendan las Musas! Dulce le brota la voz de la boca. Pues si alguien, víctima de una desgracia, con el alma recién desgarrada se consume afligido en su corazón, luego que un aedo servidor de las Musas cante las gestas de los antiguos y ensalce a los felices dioses que habitan el Olimpo, al punto se olvida aquél de sus penas y ya no se acuerda de ninguna desgracia. ¡Rápidamente cambian el ánimo los regalos de las diosas!

Hesíodo,
Poeta de la antigua Grecia.
Pintura del texto,
por Gustave Moreau,
Las voces.

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NUEVO PROYECTO Y CERTAMEN LITERARIO SOCIEDAD ARGENTINA DE ESCRITORES DE MORENO AÑO 2020




DE ACTUALIDAD CULTURAL,
LA SOCIEDAD ARGENTINA DE ESCRITORES DE MORENO,
PROGRAMA UN NUEVO CERTAMEN Y PROYECTO LITERARIO,
QUE INICIA EN ESTE AÑO 2020.

Para mayor información,
visita los portales literarios,
Soeciedad Argentina de Escritores de Moreno.



Correos electrónicos de los organizadores.

Silvina Crespo
silvina_kiss@hotmail.com

Daniel Kasparian
danykasp@yahoo.com.ar

Fotografías del texto,
por los creadores del programa literario,
Organización del proyecto literario.

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martes, 26 de mayo de 2020

LA REVISTA DE ARTE SIENTE


LA REVISTA DE ARTE SIENTE,
UN ESPACIO CULTURAL Y LITERARIO,
PARA TODOS LOS AMIGOS DE LA FANTASÍA.


Fotografía del texto,
por El artista Conger,
Los libros de la libertad.

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DE ULISES FEBLES EL RECITAL EL OTRO INFINITO


PRESENTACIÓN DEL ARTISTA;
ULISES FEBLES,
RECONOCIDO POETA DE ESPAÑA.



DEL ARTISTA DE ESPAÑA;
ULISES FEBLES,
UN POEMA PARA EL ALMA,
EL OTRO INFINITO.


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lunes, 25 de mayo de 2020

DE RAQUEL BRUNE SUS RECOMENDACIONES LITERARIAS


DE LA ARTISTA DE ESPAÑA; RAQUEL BRUNE,
UN MUY BUEN VIDEO LITERARIO,
SOBRE ALGUNOS LIBROS FANTÁSTICOS, 
QUE MERECEN NUESTRA LECTURA.


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HESIODO - LAS MUSAS EN EL OLIMPO


ARTISTA DEL POEMA
HESIODO

LAS MUSAS EN EL OLIMPO

¡Ea, tú!, comencemos por las Musas que a Zeus padre con himnos alegran su inmenso corazón dentro del Olimpo, narrando al unísono el presente, el pasado y el futuro.
Infatigable brota de sus bocas la grata voz. Se torna resplandeciente la mansión del muy resonante Zeus padre al propagarse el delicado canto de las diosas y retumba la nevada cumbre del Olimpo y los palacios de los Inmortales.
Ellas, lanzando al viento su voz inmortal, alaban con su canto primero, desde el origen, la augusta estirpe de los dioses a los que engendró Gea y el vasto Urano y los que de aquéllos nacieron, los dioses dadores de bienes. Luego, a Zeus padre de dioses y hombres, al comienzo y al final de su canto, celebran las diosas, cómo sobresale con mucho entre los dioses y es el de más poder. Y cuando cantan la raza de los hombres y los violentos Gigantes, regocijan el corazón de Zeus dentro del Olimpo las Musas Olímpicas, hijas de Zeus portador de la égida. 
Las alumbró en Pieria, amancebada con el padre Crónida, Mnemósine, señora de las colinas de Eleuter, como olvido de males y remedio de preocupaciones. Nueve noches se unió con ella el prudente Zeus subiendo a su lecho sagrado, lejos de los Inmortales. Y cuando ya era el momento y dieron la vuelta las estaciones, con el paso de los meses, y se cumplieron muchos días, nueve jóvenes de iguales pensamientos, interesadas sólo por el canto y con un corazón exento de dolores en su pecho, dio a luz aquélla, cerca de la más alta cumbre del nevado Olimpo.
Allí forman alegres coros y habitan suntuosos palacios. Junto a ellas viven, entre fiestas, las Gracias e Hímero. Y una deliciosa voz lanzando por su boca, cantan y celebran las normas y sabias costumbres de todos los Inmortales, lanzando al viento su encantadora voz. 
Aquéllas iban entonces hacia el Olimpo, engalanadas con su bello canto, inmortal melodía. Retumbaba en torno la oscura tierra al son de sus cantos, y un delicioso ruido subía de debajo de sus pies al tiempo que marchaban al palacio de su padre. Reina aquél sobre el cielo y es dueño del trueno y del llameante rayo, desde que venció con su poder al padre Cronos. Perfectamente repartió por igual todas las cosas entre los Inmortales y fijó sus prerrogativas.
Y esto era lo cantado por las Musas, que habitan en las mansiones olímpicas, las nueve hijas engendradas por el gran Zeus; Clío, y Euterpe, y Talía, y Melpómene, y Terpsícore, y Erato, y Polimnia, y Urania, y Calíope, quien brilla entre todas las demás musas, porque acompaña a los reyes venerables.

Hesíodo,
Poeta de la antigua Grecia.
Pintura del texto,
por Gustave Moreau,
Las voces de la noche.

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domingo, 24 de mayo de 2020

LAS VIDAS DE JOANNA DE ÁNGELIS


PARA ESTOS TIEMPOS DE VIDA, 
UN VIDEO CULTURAL,
EVOCADO POR DIVALDO PEREIRA FRANCO,
LAS VIDAS DE JOANNA DE ÁNGELIS.



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RUSVELT NIVIA CASTELLANOS - AMORES BLANCOS


ARTISTA DEL CUENTO
RUSVELT NIVIA CASTELLANOS

AMORES BLANCOS

La música de las palabras es una musa hecha amor. Es la voz profunda de la diosa pronunciada en el verso del poema. Es la lírica apreciada de la eternidad. Y es a la vez el canto silencioso del alma. Ahora entonces, bajo esta melodía aplacada; decayendo linda en mi pensamiento, voy volviendo suavemente a los lejanos días de mi infancia, allá donde descubro una artística madrugada de septiembre, manchada con un cielo plateado entre los recuerdos, cuya sublime vastedad se me hace algo confusa, para los ojos que de repente me son lacrimosos, algo apagados de luz. Luego dejo una mirada distante al aquietado espejo del universo y así lentamente me voy levantando de la flácida cama en que estoy otra vez recostado. Lo hago con una cautela extrema. Me coloco en pie desde el desconsuelo. Empiezo a caminar frescamente. Me acerco enseguida a abrir las ventanas cristalinas del lado para recibir, calmosamente ese delicioso zureo de la brisa mañanera. Aparto con fuerza ambas persianas metálicas. De golpe, ingresan las ráfagas del cierzo frívolo. Acarician la lisura de mi piel oscura y de a poco agitan mis cabellos cortos mientras veo el niño delgado que apenas soy. Yo de cejas prominentes, manos pequeñas y un cuerpo apenas bajito. Asimismo, me doy cuenta de que sólo me gusta escribir y leer algunos cuentos de Hans Christian Anderssen. Estos pueden ser El Traje Invisible y La Caja de Cerillas, historias moralistas, ellas rodeadas de esencia espiritual, por lo demás, hay entre mi fantástico mundo literario, algunas fábulas antiguas de cuyos nombres sí quiero acordarme. Quizá sólo evoque para esta sutil evanescencia; El Gato con Botas y El Flautista de Hemelin, más que nada, porque son estas las obras que siempre releo, bajo esta vacuidad de desaciertos míos. 
Ahora, un poco más hacia allá, para el clamoso viernes que aún me sigue, percibo que hay clase de español en el colegio Champagnat. Y no lo sé, pero me siento algo mareado en este presente fantasmagórico. Hoy nos van a colocar además una lectura libre en las afueras del salón. Hay que llevar algún libro de literatura. Cualquiera que sea de nuestro agrado hermoso. Eso dijo la profesora Patricia. Por lo tanto, espero estar allá en poco tiempo mientras este efímero pasado se me hace más acrisolado para la ficción de esta supuesta realidad mía. Entonces así me apuro a tomar la obra que necesito en la biblioteca de mis padres. Al resultado salgo del cuarto estrecho. Avanzo por el ondeante pasillo del segundo piso. Luego cruzo un cuadro ornamental del pintor Julio Fajardo, que esboza los altos cerros y la bruma grisácea de una tierra; aún ignorada por los hombres. Lo aprecio de lejos. Está bien recreado el ambiente en el lienzo. Ofrece algo de tranquilidad para quien decide contemplarlo atentamente. Ahora voy hacia la puerta nupcial. Me acerco un poco más hacia este recinto. Quedo justo enfrente del umbral. Giro la bisagra dorada con mucho cuidado. Luego, entro sin hacer mucha bulla. De repente observo a mis padres. Siguen dormidos. Están abrazados al delicioso encanto que hicieron en épocas anteriores. Parecen ser uno solo. Están envueltos en una sábana verde. Sólo respiran pasmosamente. Ante esto, procuro no dejarme ver por ellos; pues no quiero despertarlos al vislumbrar de estos tenebrosos días que nos son entrevistos. Tan sólo doy uno cuantos pasos más con muchos sigilo, rodeo la cama de madera y esquivo una sábana floreada que está en el suelo y en mi momento propio, me detengo a descorrer el vidrio ahumado del primer estante de la biblioteca. Saco la obra literaria que está en la primera hilera. Su caratula es de un azul profundo. Me doy cuenta de que sí es esta la que busco. Así que me la llevo entre mis manos y ya salgo para volver rápidamente a mi sosegada alcoba donde no hago más que entrever ilusiones ahondadas para mi conciencia, donde por allí, hay algunas almas teñidas de esencias puras. Ya ingreso otra vez a mi habitación. Me acerco a la mesa de noche. Miro la hora en el despertador dorado. Lo hago con una cara de inocencia, pese a lo aburrido, que aún estoy, luego cuento con los dedos y de repente me doy cuenta de que se me hace tarde para ir a clase, lo mejor es que me apure a tomar la ducha, obviamente no quiero tener que pedir un taxi como lo hice ayer bajo el decaimiento en que estaba.
Salgo ya del baño umbrío. Estoy envuelto en una toalla blanca. Siento bastante frío y tiemblo constantemente. Las pequeñas gotas que me quedan siguen recorriendo mi solitario cuerpo. Espero un poco para vestirme. Quiero esperar al mismo tiempo. Sigo recorriendo este cuarto reverberante de empapelados curubas y verdes. Lo hago con un pensamiento perdido hacia mi inconstante trasluz de sentimientos desaguados. Luego, me acodo en una de las ventanas. Aquí veo el cielo haciéndose más inmaculado con el paso de las aves negras. Todo esto pasa mientras la vecina del frente se decide por prender las luces de su dormitorio. Parece haber salido hace poco de la pesadilla en que se encontraba. La miro profundamente. La miro con mucha atención. Pero ella se esconde otra vez. Ella se queda en su encierro hasta quien sabe cuando decida transformarlo. Entonces, ahora sí, resuelto el asunto intranquilo; vuelvo al armario para colocarme el maldito uniforme de cafetero que nunca me ha gustado. Abro una de las compuertas. Veo que el pantalón está algo arrugado. Lo sacudo con mis delgadas manos. Listo el chiste. Ya está presentable para la gente del común. Lo mismo la camisa blanca. Los zapatos adicionalmente pienso dejarlos sin brillo. No me importan mucho más que la nada. Así aguantan hasta que se termine este año escolar que se me hace tan tedioso y tan aciago en su mismo aburrimiento; por lo demás, decido guardar la obra literaria en el maletín, antes de colocarme este mismo en la espalda. De momento salgo de esta mortificación tardía donde persistía. Y pienso en la náusea otra vez. Doblo hacia mi derecha. Bajo las escaleras de mármol clareado. Doy pasos salteados. De pronto arribo al primer piso. Aquí me encuentro con una sala de muebles sedosos y con el comedor ovalado a mi izquierda. Mi madre ya está despierta. Está en la cocina. Es linda todavía en su frescura. Tiene algunas ojeras en sus párpados. Lleva una prenda blanquecina para dormir. Camina descalza. No le digo nada. No nos decimos mucho desde ayer. Estoy algo disgustado con ella. Mamá sabe por qué no quiero hablar. Ella acalla su voz. Sabe que tengo razón. Sólo me acerca ya una taza de café y un pan aliñado. Lo recibo por la abertura en arco que hay junto al comedor. Trato de ser descortés. Ahora me como el desayuno con cierta rapidez. Lo termino ansiosamente. Luego dejo el plato donde estaba. Esquivo a mi madre. No me despido de su lindura. No le digo una sola palabra a su ternura. Atravieso el largo corredor nomás y salgo de esta residencia; hacia la carrera Quinta para tomar así la ruta de turno. Empieza a lloviznar mansamente. La lluvia se hace algo diáfana. Y se siente cada vez más helado el ambiente. Subo por la carretera paralela. Luego me refugio en una caseta roja que abre en las tardes, donde ofrecen siempre, algunos caldos de costilla, aparte de buñuelos y demás empanadas trasnochadas. Es una anciana de cabellos entrecanos la que atiende junto al mostrador oxidado. A esta hora no está lógicamente. Igual yo debo seguir esperando a la vida propia. Mientras tanto, hay algunos autos y motocicletas pasando velozmente por la avenida. De repaso un viejo ciclista con su cara arrugada y con algunos cabellos grises; baja por la calle paralela. Va ofreciendo el diario nacional para quienes lo compran constantemente. Por lo demás, hay muy poca gente entre estos alrededores que se hacen concurridos, más que nada en las horas de la noche; pero es así, ahora atisbo por lo menos una mujer ejecutiva de vestido negro, también veo una joven colegiala a un costado del andén. La chica estudia en el colegio Cisneros. De vez en vez, nos encontramos en la buseta con unas sucintas charlas simbólicas. Hay veces cuando cruzamos las miradas inciertas. Ella es hermosa a mis ojos negros. Para mí, sus cabellos son ondulados y rubios y su piel es algo blanca y su cuerpo es esbelto a mi presencia lejana. Igualmente se me hace algo grande para mí. Yo aún soy muy pequeño. Además, me da mucho temor hablarle, pues no la conozco lo suficiente. Y aún soy muy tímido. Apenas tengo unos trece años, mientras que ella, por ahí, tiene unos diecisiete inviernos de exuberante belleza, pero bueno, quizá el destino nos cruce otra vez, al menos como amigos, durante alguna mañana similar a esta en su pasión melancólica, tal como la aurora que aún prosigue con su bruma y con su poesía, para mis desvelos incomprendidos.
Ahora camino hacia el fondo de la calle, por lo que veo llegar la ruta roja. Hago que pare rápidamente; pero esta hace caso omiso y no se detiene por nada del mundo. Sigue de largo y me salpica de agua sucia el pantalón. Mierda, me grito, mierda, esta vez toco taxi, que cosa la de estos días. Entonces así, ruego a ver si pasa alguno de esos carros amarillos. Me recuesto en el tubo de la caseta. Dejo que pase el instante. Se hace larga la aguardada. Se hace largo el tedio. Es así todo. Nadie conocido, me acerca hasta el colegio, que piedra. Por lo tanto, me soy sincero ya, no alcanzo a ver biología hoy, mejor al fin del caso exagerado. No está mal de todos modos la tardanza. Habrá que verle el lado bueno. Así no tengo que verle la cara de histeria a la profesora; Rufina, quien es amiga de mamá. Esa vieja es incomoda y todo lo que se quiera decir, además no hace si no llamarme a cada rato, para que pase al tablero. Y esto me es molesto en lo más absoluto de la razón. Eso hablar por hablar delante de los compañeros no aguanta. Así más bien, espero la otra ruta con más frescura ante lo que se venga del día. Puede que esto sea lo más justo del caso. Mientras tanto pienso en mamá. No sé que le pasa conmigo. A cada nada, saca una discusión sin sentido porque se me olvida lavar la loza. Ayer no más hubo un reguero de reproches, dizque porque no quise almorzar. Eso casi me pega una cachetada, igual, estoy ya como acostumbrando desde hace rato, siempre llega estresada de la escuela en la cual labora. Luego, pues aguantarse los regaños. Eso claro que no es normal. Yo trato de entenderla, tiene muchas obligaciones, sólo que no la coja conmigo. Ahora sí; allá viene la otra ruta, casi que no llega; que demora; aquí le hago el pare, esta vez sí se detiene, menos mal.
En este momento acabo de bajarme del autobús por la puerta de atrás. Quedo justo enfrente de la entrada del colegio. Afortunadamente la lluvia ha cesado. Ahora caigo en cuenta de que la hermosa estudiante del Cisneros, no tomó la buseta. No sé que se hizo. Es posible que no haya ido a clases hoy. Desapareció a mis ojos por estar pensando en otras cosas de poca profundidad. De todos modos no es tan importante como la joven soñadora, que amor. Más bien, sigo mi camino hacia la portería. Voy despacio. Voy sin prisa y casi sin reflexionar en la aspereza, tan ahogada que me es a cada rato decaído. Luego miro la hora en el reloj de pulso que llevo en la muñeca izquierda. Marca casi las siete de la mañana; demasiado tarde, sin embargo, pienso no aligerar el paso, además ahora estoy relajado, bajo el rocío que vuelve a caer del cielo y que humedece toda mi silueta varonil. Entretanto observo detrás de mí, otro compañero que se ve en la misma situación contrariada de retardo. Está en noveno el pelado. Es muy buen estudiante. Eso dicen muchos profesores. En cambio; lo que soy yo, apenas en sexto grado y con este año más perdido que el mismo olvido. El compañero ese parecer ser alto. Es además un lamparoso. Tiene la cara barrosa. Ahora sigue de largo. No mira a nadie desde su arrogancia. Siento nomás como me estrella con su cuerpo de militar que tiene por hacer tanto gimnasio. Y eso casi no vocifera. Sin embargo procura hacerse el importante en cada izada de bandera con su preciaría voz de pretencioso republicano. No quiero tener que verle más. Me cae muy mal. Así entonces decido quedarme atrás, para dejarlo desaparecer de mi vista ahogada. Se aleja con su paso presumido. Espero que se vaya de una buena vez. Luego retomo mi andar. Llego pronto a la portería de don Eusebio. La cruzo sin más escaramuza. No está el celador. Pero preciso, el coordinador se aparece en la sala central con su copete altivo. Me le aproximo regañadamente. Me dice que espere con los demás jóvenes hasta el cambio de clase y que luego ahí sí, entre al salón. No le hago caso de ninguna manera. Sólo me hago por ahí lejos en algún muro solitario para así traer a mi memoria las letras de Emilia Ayarza; una prosista suavizada. Ella es una aparición de embelesamiento para mi vana imaginación. Retornan entonces los instantes de su libro, El Diario de una Mosca. Que relato colombiano, que delicia de retratos minuciosos los recreados por esta mujer y esta poetisa bogotana. Ella me baña con su dulzura; me seduce con sus versos seductores en mis noches perdidas, pero ahora hay lástima, porque me olvido ya de la escritora; de hecho, timbraron hace unos pocos minutos. 
Aquí voy ingresando al salón de siempre. Hay muchos alumnos allí adentro. Están hablando entre unos y otros pelados. Conversan sobre distintos hechos cotidianos mientras el día sigue frío y casi sin sol; apenas un tenue sol de plata oculto entre las nubes. Más adelante, voy y me ubico en alguna de las últimas sillas. Escasamente espero a que llegue la profesora de español. Persisto en silencio. Por el momento no quiero tratar casi con nadie. No estoy con ánimos para discutir boberías. Sólo quiero ver qué sucede con la clase más interesante. Procurar también como joven cautivo, el amor de Angélica María, será lo superior. Ella es la mujer que más anhelo, para esta alucinación que me es tan inequívoca en mi vacuidad. Está al lado mío. Acaba de dibujar para mí una sonrisa en su rostro. Entonces la miro más de cerca. Ella hace lo mismo. Me saluda enseguida y me entiende, porque la quiero con un temor que ella me procura a su vez. Está cruzada de piernas en este momento único. Reúne sus brazos con gracia. Me sigue mirando fijamente. Así la comprendo desde que empezamos el año. La amo con su dulzura que tanto derrama hacia mí, la quiero con su lindura, ella con su piel de canelas oscuros y sus cabellos negros y largos. Ella los mueve durante cada amanecer, mío y suyo solamente. En cuanto a su efigie de gestos cordiales, que me gusta y me seduce, así como sus labios, como sus labios morenos que anhelo besar y a los que les quiero susurrar; te amo, te amo, entre mis brazos, niña mía. Pero con Angélica hay un temor. Es algo aterrador para mí. No soportaría su rechazo, sería como sentir la muerte en el acto entre un rincón de olvidos. No lo resistiría, pero bueno, sé que debo pronunciarle mis sentimientos. Quizá lo haga con una carta que esté bañada de ella y de mí. Eso es claro. Sin embargo, no sé cuando llegue el día, quizá hoy, quizá mañana, sí, quizá mañana, porque hoy está más linda que ayer en su ternura, tan sutil que parece acariciar mi cuerpo y así no puedo con su divinidad. Además y de vez en cuando; ella no hace nada más que seducirme con sus abrazos esquivos. Lo hace con ese lago de flores que rebulle desde su alma hacia la mía. Y pues así yo no puedo. Así se me hace imposible acercarme a ella y decirle que yo la amo de verdad.
Por entre unos largos tiempos de adoración, veo nuestras miradas excitadas. Ahora ellas se distancian despaciosamente. Es claro para ambos, de hecho acaba de ingresar la profesora de nuestro agrado al salón. Es una poetisa y es como algo vanidosa. Lleva el cabello teñido de rojo. Le luce ese estilo con su piel blanca. Ahora viene y saluda a todos los presentes. Nos alegra con sus risas de esperanza. Ya aquí, pasa a contarnos el horroroso drama de una pareja inglesa. Ella siempre hace esto de contar historias al principio de clase; pero bueno, la profesora como antesala, nos dice que es estupendo el final. No da más pistas al relato. Quizá se trate de algún enigma por descubrir. Puede que sea esta la alternativa de tensión. Pasados algunos segundos de expectativa, la maestra, se resuelve a comentar el drama. Esta escena se da en una antigua casa de novios. Es bonita la estancia. La mujer mientras tanto decide romper con el hombre por simple broma. Lo hace, porque están en vísperas de llevar casi once años en unión amorosa. La mujer por su parte, le hace saber su determinación con un mensaje diciente. Es ofensivo todo lo que deja en el escritorio de su enamorado. Luego el hombre encuentra la hoja con la sórdida determinación. Está en el lugar indicado la hoja vieja. El enamorado la toma y se dispone a leerla. Ya cuando termina el último párrafo; él, no acepta lo que dicen las palabras sucias. No lo concibe por ningún motivo. Piensa que todo es una morbosa injuria. De corrido comienza a reírse con demencia. Al mismo tiempo se altera ante todo lo que lo rodea. Entonces decide llamar a la novia. Le marca a la oficina donde labura. Ella contesta burlonamente. Al cabo de varios ruegos acepta el pedido del hombre de ir hasta su casa. Por la tarde se encuentran en la quietud de la sala clásica. El hombre sigue irritado. Cree que su traductora inglesa anda con otro hombre. Ahora, para agravar más el asunto la mujer dice que no hay vuelta atrás. Murmura, que su decisión ya ha sido tomada sin muchos aspavientos. Fuera de esto argumenta que sólo vino por sus cosas personales. Entonces, ante la dicha resolución, este hombre se da cuenta, sobre toda esta supuesta verdad. Piensa un poco en ambos. Trata de entender su pueril rencor. Pero no lo soporta más de otro segundo. De modo que decide levantarse con furia del mueble en que estaba reclinado. Ya enseguida golpea a la mujer en la cabeza. Lo hace con una escultura de piedra. La escultura recreaba un ángel y un diablo. Finalmente, ella muere desangrada y mientras, la profesora acalla su voz melodiosa.
Me gustó la historia. Estuvo otra vez genial. Quedé asombrado por su intensidad narrativa. Sería bueno estudiar más sobre el drama. Pero hay que salir a leer por ahí en este momento. Saldremos pese a la inclemencia de la mañana. Lo hacemos resueltamente. Saca cada quien su libro y luego nos vamos alejando del recinto. En cuanto a mí, voy al pie de Angélica por el ancho pasillo de sexto y séptimo. Caminamos despacio. Vamos detrás del compañero Germán. Es gordo y se va alejando de nosotros. Entretanto procuro rozarla con mi brazo a ella. Consigo hacerlo noblemente. Siento la tersura de su piel abrazada a la mía. No me dice nada. Tampoco rehúye de mí; sólo esconde su gemido. Y sólo acallamos un respiro reunido mientras seguimos trémulos hacia este impreciso destino. Más de repente, ella toma la iniciativa, decide elevar su voz musical para tratar el gusto tan presuntuoso; querido a las letras. De hecho la semana pasada se ganó un concurso de relatos cortos que se hizo en el colegio. Ella hace excelentes creaciones literarias. De eso no hay dudas. Ahora pues se me acerca. Viene y me persuade con su humildad para que lea a Celso Román. Es un notable escritor colombiano. Y ella se me arrima algo más para susúrrame lo encantador de sus libros. Me habla de Los amigos del Hombre y Las Cosas de la Casa. Aquí no hago si no prestarle atención a su figura delgada y a los movimientos lentos de su boca húmeda. Quiero besarla ahora mismo de valiente. Pero su hermosura y su fragancia son tan puras; que pueden conmigo. De golpe, pues me dan ganas de regalarle un libro, quizá sea el de Celso. Puede ser, El Imperio de las Cinco Lunas. Le voy a dar ese porque le falta esta obra y por ser este su escritor favorito. Sé que le va a gustar como a mí me llena que ella no tenga novio. Esa fue su respuesta, cuando decidí interrogarla en el descanso hace tres días, más por lo tanto en vida, su sola presencia, me hace feliz, muy feliz, no puedo negarlo, María.
Han pasado algunos segundos en el universo nomás. Para este otro momento nos ubicamos en el último peldaño de las escalaras, cerca al bosque de bachillerato. Angélica, ella mientras tanto recoge su falda azul a cuadros. Lo procura con disimulo y en un sólo acto decide abrir la obra de poemas que trae para este día. El pintor de versos es Rubén Darío. Me dice que lo escogió por ese lirismo acentuado; abrasado a su propio ser de mujer. Ella en este instante, me esquiva su sonrisa. Empieza además a leer los poemas en su acento. Lo hace bajo un recital alternado mientras mis ojos verosímiles pasan por el título del libro que yo tengo entre las manos. Esta obra dice; Edgar Allan Poe, Narraciones Extraordinarias. Un segundo después, me decido por recorrer las páginas tétricas del escritor. Parecen cortar mis dedos como dos cuchillos afilados. Pasa esto ante tanto crimen perfectamente culminado en las páginas. La sangre gotea asimismo por las hojas. Ahora llego hasta el relato del Pozo y el Péndulo. Comienzo a leerlo para una sola abstracción ceremoniosa. Lentamente me voy hacia la escena del protagonista mientras todo ambiente colindante a mí, se torna impreciso desde su premura. Hay ya una sentencia de muerte, desde luego hay horror en el protagonista. Hay también mucho sufrimiento, entreveo la época de la inquisición. Distingo asimismo algunos clarificados reflejos del surrealismo en las imágenes ofrecidas por las transformaciones de la celda. Es el significado que voy aduciendo de modo tal como lo descifró Julio Cortázar en la tranquilidad de su estudio que miraba hacia el parque de los robles. Después ese interior momentáneo se hace en agonías. Va desbocándose en gritos escabrosos. Yo los voy escuchando a lo lejos, ahora me acerco al sórdido final, se mece el péndulo cortante. El hombre lo ve de cerca, sigue preso al dolor del castigo, sin embargo al poco tiempo, resulta siendo amparado por un francés. El general Lasalle es su guerrero salvador. El acto celestial sucede de repente, pasa antes de que el hombre cayera al abismo. Eso parece a simple vista, igual, sobre otras perdiciones alternas; siento al preso en un más allá, desde hace rato. Eso quiere decir que ya estaba cadavérico. Había acabado de transgredir una corta existencia hacia los otros planos eternos. Sucede así por la variada figuración del pozo. Se da esta lógica por las desordenadas visiones, descubiertas por el personaje. Ello pues sería la consecuencia de una perturbación espiritual, donde estaba siendo el hombre perturbado. Además los instantes se hacen allí, algo alterados, algo horribles, así lo fui interpretando atentamente.
Ahora entonces con el tiempo de la surrealidad, termino el relato de Poe. Pero todavía no cierro el libro. Descanso un poco mis ojos. Luego retorno otra vez a mi vida muerta. Soy de hecho como la muerte, porque estas dispersas horas me son escasamente una estadía limitada al espíritu de imperfección que aún soy. Para lo serio, estoy caído en sombras y odios; pérfidos odios que habré de arrancar con el proseguir de mi existencia y con el dolor. De hecho es así como el hombre renace a la luz del razonamiento. Así lo entiendo, mientras me voy inscribiendo en el postergar de la juventud. Por lo tanto esta infancia se me deshace durante un escaso cerrar y abrir de párpados, que se espaciaron fugazmente en quimeras difusas y sin embargo; hoy jueves prosigo con el libro de Edgar Allan Poe entre mis manos, pero Angélica lejos de mis brazos, Angélica perdida. Ella está ausente como el sueño idílico, que procuramos fraguar ansiosamente en ese corto espacio del recuerdo. Además veo que perdí el año y tuve que dejar el colegio y ella tuvo que irse de mí, por la consecuencia del distanciamiento y mis celos. Lástima por esos besos; tímidos y suaves, probados entre ambos, ansiados, junto al pozo del bosque, reinventados en las afueras del salón en que estudiábamos, siempre juntos. Después, ella y yo, escaseados con un amor iluso y blanco. Un solo romance como el amor de Jorge Luis Borges, el poeta argentino. Por otra parte, mis padres, decidieron el divorcio. Fue para un atardecer violeta de marzo en su odioso silencio. El quebrante arrojo se hizo con gritos y llanto. Quien lo iba a creer ahora; quien pensaría que anhelarían, no más amarse. Pero así fue de mal; tras una longeva lentitud, la llama ardiente pasional, terminó por apagarse en ellos. Antes estaba ahí entre ambos; luego dijo adiós por el acentuado desamor que allí arribó inesperadamente. 
En cuanto a mí; termino mientras tanto por cerrar con arte y cierto asombro este libro de Narraciones Extraordinarias, que tengo desde hace muchos tiempos. Lo hago porque en el relato de Morella, acabado de culminar; descubrí prefigurada la exacta personalidad de Angélica en la protagonista. Así bien, ambas mujeres de damas; perfumaron las madrugadas aquietadas de cada enamorado, junto a la cadencia de sus labios y sus abrazos. 

Rusvelt Nivia Castellanos, 
Artista de Colombia.
Texto extraído del libro de cuentos,
Tu otra presencia.
Fotografía del cuento, por Velt,
La flor de la luz.

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FRANZ SCHUBERT - AVE MARÍA


FRANZ SCHUBERT;
KLASSISCHE MUSIK,
AVE MARÍA.



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LA REVISTA DE MÉXICO PRIMERA PÁGINA


LA REVISTA PRIMERA PÁGINA;
UN NUEVO PORTAL DE LITERATURA,
CREADO EN CIUDAD DE MÉXICO,
PARA TODOS LOS AMIGOS DE AMÉRICA LATINA,
QUE AMAN LAS BUENAS LETRAS Y LA POESÍA.


Pintura del texto,
por Rectapopulous,
La abstracción azul.

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viernes, 22 de mayo de 2020

XXI CERTAMEN DE RELATO BREVE “TORREÓN DE SAN ROMÁN”


XXI CERTAMEN DE RELATO BREVE “TORREÓN DE SAN ROMÁN”
BASES DEL CERTAMEN

1ª.- El tema de los trabajos es LIBRE. Cada autor podrá presentar un máximo de
dos trabajos que no pueden haber sido premiados en ningún otro concurso.
2ª.- Si en el transcurso de la convocatoria y antes del fallo del jurado, algún relato
participante es premiado en otro concurso, el autor deberá notificarlo a la organización del
Certamen de Relato Breve “San Román”.
3ª.- Los autores conservarán su incógnito, absteniéndose de firmar los originales y
presentando sus obras bajo lema o pseudónimo.
4ª.- Los trabajos podrán presentarse impresos o por correo electrónico.
Los trabajos impresos se remitirán, por triplicado, en un único sobre al Ayuntamiento de
Santibáñez de la Peña, con la indicación “Para el Certamen Literario TORREÓN DE SAN
ROMÁN”. Dentro de éste, se incluirá un segundo sobre, que deberá estar cerrado, y en cuyo
interior se incluirá una fotocopia del D.N.I. del autor y una nota con su domicilio y teléfono, y
en el que en su parte exterior se hará constar el lema y título de la obra.
Por correo electrónico: las obras se enviarán a la dirección
torreondesanroman@gmail.com. En el asunto se especificará: XXI CERTAMEN LITERARIO
TORREÓN DE SAN ROMÁN 2020.
Se adjuntarán dos archivos en formato Word, uno con la obra y otro con la plica con los
datos anteriormente indicados. El archivo con la obra se nombrará con el título del relato y el
archivo con la plica se nombrará como PLICA seguido del título del relato.
5ª.- Los trabajos deberán estar escritos en Times New Roman, tamaño 12,
interlineado en 1’50 y con una extensión máxima de tres folios por una sola cara.
6ª.- A las 12:00 horas del día 05 de junio de 2020, quedará cerrado el plazo de
admisión.
7ª.- Los trabajos premiados quedarán en propiedad del Ayuntamiento de Santibáñez
de la Peña y el resto de los trabajos serán destruidos, por lo que se recomienda a los autores
guarden copia de los originales.
8ª.- Una vez emitido el fallo por el Jurado, que será inapelable, se le comunicará
telefónicamente a los autores premiados.
9ª.- La entrega de premios se celebrará en la Casa Municipal de Cultura, a las 20:00
horas del día 19 de julio de 2020, y será indispensable la presencia de los autores en el acto para
la recogida de los premios y lectura de sus trabajos premiados.
(La entrega de premios estará condicionada al ESTADO DE ALARMA por el COVID-19 en las fechas indicadas).
10ª.- Quedan facultados los organizadores para poder publicar un folleto o libro que
recoja los trabajos premiados o parte de los mismos y excepcionalmente para variar la fecha y/o
el lugar de entrega de los premios.
11ª.- Se establecen los siguientes PREMIOS
PRIMER PREMIO: Seiscientos cincuenta euros (650 €) y placa conmemorativa.
SEGUNDO PREMIO: Trescientos cincuenta euros (350 €) y placa conmemorativa.
12ª.- La participación en este concurso implica la aceptación íntegra de estas Bases.

Para mayor información,
visita el portal cultural,
Santibañez de la Peña.


Fotografía del texto,
por Ciker,
Los laureles.

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DE JONATAN GONZÁLEZ EL RECITAL DULCE AROMA


PRESENTACIÓN DEL MAESTRO;
JONATAN GONZÁLEZ,
RECONOCIDO ARTISTA DE MÉXICO.



DEL ARTISTA DE MÉXICO;
JONATAN GONZÁLEZ,
UN POEMA INTIMISTA,
DULCE AROMA.


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JULIO CÉSAR ARCINIEGAS - LA ABREVIATURA DEL ÁRBOL II


ARTISTA DE LOS POEMAS
JULIO CÉSAR ARCINIEGAS

LA ABREVIATURA DEL ÁRBOL

SÉPTIMO DE MI HUERTO

De los árboles les ofrezco el séptimo de mi huerto, 
primero sus ramas que amarran el vacío en la justa preñez del oxígeno. 
En cuanto a la imaginación,
lo dedico por el astro incluido en sus hojas, 
que da la sabiduría de la fijeza,
lo dedico a todos los poetas que están suspendidos, 
desde el cielo y muy cerca al horror,
porque las palomas les parecen miserables, 
porque este árbol nació de la piedra como visión de las estrellas, 
y bautizado en nombre del polvo, 
responde al ejercicio puro del uso, 
así esté envuelto en palabras y pueble la memoria del aire.

ESTIGMA

Parece se evaporara a la mitad de un aire alto.
Allí concilian el dormir los pájaros y 
los ángeles que deshacen las raíces frágiles,
sus limitaciones terrenales, lo decadente,
lo efímero, los principios recluidos por tiempo,
la desolada pausa entre días y noches,
el denso reino de la materia que se eleva.
El árbol persevera tras la suerte de los frutos
y dice que el sol le cierra los estigmas de las cavidades.

ITINERARIO

El hombre ha pintado un árbol que imagina quemar
con el primer viento y ha izado un pájaro habitante
de la alfombra en lo alto de los frutos creados desde la saliva. 
El hombre ha ejercido la notarial fisura por la que manan las pieles festejadas. 
Va a enterrar entre dos recuerdos el árbol abandonado por el sueño.
Lo pintado es infinito. Desde sus manos ha soplado el bosque 
iniciando el itinerario de lo inexpresable.
El árbol confundido empieza a reconstruir la irrealidad
que crece en la memoria.


Julio César Arciniegas;
Poeta de Colombia.
Fotografía del texto,
por Bessy,
El Árbol y el Sol.

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