jueves, 19 de marzo de 2020

ANÓNIMO - LA EPOPEYA DE GILGAMESH TABLILLA IV


ARTISTA DE LA EPOPEYA
ANÓNIMO

LA EPOPEYA DE GILGAMESH

TABLILLA IV
EL VIAJE AL BOSQUE DE LOS CEDROS

[A las veinte] leguas, ellos partieron y comieron el pan,
[a las] treinta leguas, montaron el campamento.
[Cincuenta] leguas recorrieron en el curso de un día, 
al tercer día, [una marcha] de un mes y medio;
llegaron a una campiña y se acercaron más al Bosque de los Cedros.

[Frente al sol] cavaron [un pozo]
[pusieron agua fresca en vasijas.
[Gilgamesh subió a la cima de la montaña,]
[a la colina hizo una ofrenda de harina:]
«[Oh montaña, tráeme un sueño, que vea un signo favorable]».

[Enkidu hizo para Gilgamesh una Casa del Dios de los Sueños,]
[puso una puerta en su portal para alejar el mal tiempo].
[Dentro del círculo que había trazado le hizo acostarse,]
[y cayendo a plomo como una red se tendió en la puerta].

[Gilgamesh apoyó la mejilla en sus rodillas,]
[cayó sobre él el sueño que se extiende sobre la gente].
[En mitad de la noche llegó al final de su sueño,] 
[se levantó y habló a su amigo:]
«[Amigo mío, ¿no me has llamado? ¿Por qué me he despertado?]
[¿No me has tocado? ¿Por qué me he sobresaltado?]
[¿No ha pasado por aquí un Dios? ¿Por qué mi carne está helada?]
[Amigo mío, he tenido el primer sueño]».

«[El] sueño que he tenido [era una absoluta confusión:] 
[en] un valle entre montañas, [La montaña] caía encima de,
[entonces] nosotros como».

[El que] había nacido en la [estepa sabía dar consejo,]
Enkidu habló a su amigo, [le dijo el significado de su sueño:]
«Amigo mío, [tu] sueño es un buen augurio,
el sueño es precioso [y nos augura algo bueno]».

«Amigo mío, la montaña que viste [no podía ser Humbaba:]
[Nosotros] capturaremos a Humbaba, nosotros [le] [daremos muerte,]
[Abatiremos] su cadáver en el campo de batalla.
Y a la mañana siguiente [veremos un buen] símbolo [del Dios Sol]».

A las veinte leguas partieron [el pan,]
a las treinta leguas montaron [el campamento:]
Cincuenta leguas recorrieron en el curso de [un día,]
al tercer día una marcha de larga distancia;
que los acercó más al Bosque de los Cedros.
Frente al sol cavaron un pozo,
[pusieron agua fresca en sus bocas].

Gilgamesh subió a la cima [de la montaña,]
[a la colina] hizo una ofrenda de harina:
«Oh montaña, tráeme un sueño, [que vea un signo favorable]».

Enkidu hizo para [Gilgamesh una Casa del Dios de los Sueños,]
[puso una puerta en su portal para alejar el mal tiempo].
[Dentro del círculo que había trazado le hizo acostarse,]
[y cayendo a plomo como una red se tendió en la puerta].
[Gilgamesh apoyó la mejilla en sus rodillas,]
[cayó sobre él el sueño que se extiende sobre la gente].

[En mitad de la noche llegó al final de su sueño,]
[se levantó y habló a su amigo:]
«[Amigo mío, ¿no me has llamado? ¿Por qué me he despertado?]
[¿No me has tocado? ¿Por qué me he sobresaltado?]
[¿No ha pasado por aquí un Dios? ¿Por qué mi carne está helada?]
[Amigo mío, he tenido el segundo sueño]».

* * *

«Mi segundo sueño [supera] al primero.
En mi sueño, amigo mío, una montaña,
me derribó, me agarró por los pies y
el resplandor se hizo más intenso». 

«Un hombre [apareció,]
el más hermoso de la tierra, su belleza
[de] debajo de la montaña me sacó y
me dio a beber agua y mi corazón se [calmó].
[En] el suelo puso [mis] pies».

Enkidu [le] habló, [diciendo] a Gilgamesh:
«Amigo mío, lo haremos, es totalmente distinto.
Humbaba  no es la montaña, es totalmente distinto;
ven, deja a un lado [tu] miedo».

[A las veinte leguas partieron el pan,]
[a las treinta leguas montaron el campamento.]
[cincuenta leguas recorrieron en el curso de un día,]
[al tercer día una marcha de un mes y medio;]
[que los acercó más al Bosque de los Cedros].
[Frente al sol cavaron un pozo,]
[pusieron agua fresca en sus bocas].

[Gilgamesh subió a la cima de] la montaña,
[a la] colina [hizo una ofrenda de harina:]
«[Oh montaña,] tráeme un sueño, que vea [un signo favorable]».
[Enkidu] hizo para [Gilgamesh una] Casa del Dios de los Sueños,
[puso] una puerta en su portal para alejar el mal tiempo.
[Dentro del círculo que había] trazado le hizo acostarse,
[y cayendo a plomo] como una red se tendió en la puerta.
Gilgamesh apoyó la mejilla en sus rodillas,
cayó sobre él el sueño que se extiende sobre la gente.

[En] mitad de la noche, 
llegó al final de su sueño, se levantó y habló a su amigo:
«Amigo mío, ¿no me has llamado? ¿Por qué me he despertado?
¿No me has tocado? ¿Por qué me he sobresaltado?
¿No ha pasado por aquí un Dios? ¿Por qué mi carne está helada?
Amigo mío, he tenido el tercer sueño».

«El sueño que he tenido era una absoluta confusión;
el cielo bramaba, mientras la Tierra retumbaba,
el día se calmaba, la oscuridad descendía,
había un relámpago, el fuego estallaba,
flameaban [las llamas], llovía muerte.
Y los destellos del fuego terminaron,
[donde] había caído se convirtió en cenizas.
[Tú has] nacido en la estepa, ¿cómo puedes aconsejarme?».

[Habiendo oído las palabras de su amigo,]
Enkidu le reveló el significado de su sueño, diciendo a Gilgamesh:
«[Amigo mío,] tu sueño es un buen augurio, bueno es [su mensaje]».

«Nos acercamos, amigo mío, cada vez más al bosque,
los sueños son cercanos, la batalla será pronto.
Verás las radiantes auras del Dios,
de Humbaba, a quien en tus pensamientos tanto temes».

«Cerrando los cuernos como un toro le aporrearás,
y le obligarás a agachar la cabeza con tu fuerza.
El anciano que viste es tu poderoso Dios,
el que te engendró, el divino Lugalbanda».

[A las veinte] leguas [partieron el pan,]
[a las treinta] leguas montaron [el campamento:]
[cincuenta] leguas recorrieron [en el curso de un día,]
al tercer [día una marcha] de un mes y medio;
que los acercó más al Bosque de los Cedros.
[Frente] al sol cavaron [un pozo,]
pusieron [agua fresca] en sus bocas.
 
Gilgamesh [subió] a la cima [de la montaña,]
a la [colina hizo] una ofrenda [de harina:]
«[Oh montaña, tráeme un] sueño, [que vea un signo favorable]».

[Enkidu hizo para Gilgamesh una Casa del Dios de los Sueños,]
[puso una puerta en su portal para alejar el mal tiempo].
[Dentro del círculo que había trazado le hizo acostarse,]
[y cayendo a plomo como una red se tendió en la puerta].
[Gilgamesh apoyó la mejilla en sus rodillas,]
[cayó sobre él, el sueño que se extiende sobre la gente].

[En mitad de la noche llegó al final de su sueño,]
[se levantó y habló a su amigo:]
«[Amigo mío, ¿no me has llamado? ¿Por qué me he despertado?]
[¿No me has tocado? ¿Por qué me he sobresaltado?]
[¿No ha pasado por aquí un Dios? ¿Por qué mi carne está helada?]
[Amigo mío, he tenido el cuarto sueño]».

«Amigo mío, he tenido el cuarto,
supera a mis otros sueños.
He visto un Ave de la Tempestad en el cielo,
se elevaba como una nube, volando alto sobre nosotros».

«Era un, su rostro deformado,
su boca era fuego, su aliento era muerte.
[Había también un] hombre, tenía una forma extraña,
él y estaba allí en mi sueño.
[Ató] sus alas y me agarró del brazo,
la derribó [ante] mí, sobre ella».

Después de una breve laguna, Enkidu explica el sueño:
«[Viste un Ave de la Tempestad en el cielo,]
[arriba] [subió como una] nube, volando alto sobre nosotros».

«Era un, su rostro deformado,
su boca era fuego, su aliento era muerte.
Temerás su formidable esplendor,
yo su pie y te dejaré elevarte».

«El hombre que viste era el poderoso Shamash»

«[Amigo mío, favorable es] tu sueño, este 
Humbaba como, se encenderá sobre [él.]

«Provocaremos su, ataremos sus alas, haremos.
Su, nos alzaremos sobre él.
[Y a la siguiente] mañana, 
[veremos] un signo favorable del Dios Sol».

[A las veinte leguas] partieron el pan,
[a las treinta] leguas montaron el campamento:
[cincuenta leguas] recorrieron en el curso [de un día].
[Frente al sol] cavaron un [pozo,]
[pusieron agua fresca] en sus bocas.

Gilgamesh [subió] a la cima [de la montaña,]
a [la colina] hizo una ofrenda de [harina:]
«[Oh montaña, tráeme] un sueño, [que vea un] signo [favorable]».

Enkidu [hizo] para [Gilgamesh una Casa del Dios de los Sueños,]
puso una [puerta en su portal para alejar el mal tiempo].
Dentro del círculo [que había trazado le hizo acostarse,]
[y cayendo] a plomo [como una red] se tendió [en la puerta].
[Gilgamesh] apoyó la [mejilla en sus rodillas,]
[cayó] sobre [él el sueño que se extiende sobre la gente].

[En mitad de la noche llegó al final de su sueño,]
[se levantó y habló a su amigo:]
«[Amigo mío, ¿no me has llamado? ¿Por qué me he despertado?]
[¿No me has tocado? ¿Por qué me he sobresaltado?]
[¿No ha pasado por aquí un Dios? ¿Por qué mi carne está helada?]
[Amigo mío, he tenido el quinto sueño]».

«Amigo mío, he tenido un sueño;
qué ominoso era, qué sombrío, qué oscuro,
tenía agarrado a un toro de la estepa,
mientras hendía el suelo con sus bramidos,
las nubes de polvo que levantaba se elevaban en el cielo,
y yo, delante de él, me incliné hacia delante».

«Agarrando, rodeó mis brazos.
Se soltó de [mí] por la fuerza.
Mi mejilla, mi,
agua me [dio] [de beber] de su odre».

«El [Dios,] amigo mío, contra el que vamos,
no es el toro salvaje, es totalmente distinto.
El toro salvaje que viste era el brillante Shamash,
él agarrará nuestras manos en los momentos de peligro».

«El que te dio de beber agua de su pellejo
era tu Dios que te respeta, el divino Lugalbanda.
Uniremos las fuerzas y haremos algo único,
una gesta que nunca se ha hecho en la tierra».

«[¿Por qué, amigo mío, tus lágrimas] corren?
[Oh vástago nacido del] centro de Uruk,
ahora levántate y Gilgamesh [el rey,] 
el vástago nacido del centro de Uruk,

[Shamash] oyó lo que había hablado,
[enseguida] [desde el cielo se oyó] una voz:
«Deprisa, enfréntate a él. Humbaba no debe [entrar en su bosque,]
[no debe] bajar a la arboleda, no debe».

«[No debe] envolverse en los siete velos.
[El que] se envuelve en ellos, de seis se ha despojado».

Ellos.
Como un feroz toro salvaje, los cuernos cerrados.
Bramó una vez, un bramido lleno de terror, 
el guardián de los bosques bramaba.

Humbaba [tronaba] como el Dios de la Tormenta.

[Enkidu] abrió su [boca] para hablar,
[diciendo a Gilgamesh:]
«Hemos llegado y mis brazos se entumecen».
[Gilgamesh] abrió su boca para hablar, diciendo [a Enkidu:]
«¿[Por qué,] amigo mío, [hablamos] como hombres débiles?
¿[No hemos] cruzado todas las montañas?
¿[No hemos] ante nosotros?».

«Antes de retirarnos,[amigo] mío, 
experimentemos en el combate,
aquel que batalla, tú y yo no tememos,
como un derviche, y cambiamos.

Que [tu grito] resuene [como] un timbal,
que la rigidez abandone tus brazos, los temblores [tus rodillas]
Coge mi mano, amigo, y continuaremos el camino juntos,
[que] tus pensamientos sean solo para el combate.
Olvida la muerte y [busca] la vida».

«El hombre cuidadoso.
[Aquel que] va el primero esté en guardia para sí mismo 
y dé seguridad a su compañero.
Así es como se labrarán una gloria duradera para el futuro».

[Al] lejano bosque, los dos llegaron,
[dejaron de] hablar y se detuvieron.


Artista Anónimo;
Antigua Leyenda Sumeria.
Ilustración del texto,
por El Artista del Bien,
La Figura de Gilgamesh.