sábado, 21 de marzo de 2020

ENHKEDUANNA - LA EXALTACIÓN DE ENHKEDUANNA A INANNA TABLILLA I


ARTISTA DEL POEMA
ENHKEDUANNA

LA EXALTACION DE ENHKEDUANNA A INANNA
TABLILLA I

INNANA Y LAS ESENCIAS DIVINAS

Señora de todas las esencias, luz plena,
buena mujer vestida de esplendor
a quien el cielo y la tierra aman,
amiga del templo de An,
tú llevas grandes ornamentos,
tú deseas la tiara de la alta sacerdotisa
cuyas manos sostienen las siete esencias,
oh mi señora, guardiana de todas las grandes esencias,
las has escogido y colgado de tu mano.
Has reunido las esencias sagradas y las has puesto
apretadas sobre tus pechos.

INANNA Y AN

Como un dragón has cubierto el suelo de veneno.
Como el trueno cuando ruges sobre la tierra,
árboles y plantas caen a tu paso.
Eres una inundación descendiendo desde una montaña,
¡Oh primaria,
diosa lunar del cielo y de la tierra!
Tu fuego sopla alrededor y cae sobre nuestra nación.
Señora montada sobre una bestia,
An te da cualidades, órdenes sagradas,
y tú decides.
Tú estás en todos nuestros grandes ritos.
¿Quién puede entenderte?

INNANA Y ENLIL

Las tormentas te prestan alas, destructora de nuestras tierras.
Amada por Enlil, tú vuelas sobre nuestra nación.
Tú sirves a los decretos de An.
Oh mi señora, al oír tu sonido,
colinas y llanuras reverencian.
Cuando nos presentamos ante ti,
aterrados temblando en tu clara luz tormentosa,
recibimos justicia.
Nosotros cantamos, nos lamentamos y lloramos ante ti
y caminamos hacia ti a través de un sendero
desde la casa de los enormes suspiros.

INANNA E ISHKUR

Tú lo derribas todo en la batalla.
Oh, mi señora sobre tus alas
llevas la segada tierra y embistes enmascarada
en una atacante tormenta,
ruges como una rugiente tormenta,
truenas y sigues tronando y resoplas
con vientos malignos.

Tus pies están llenos de inquietud.

En tu arpa de suspiros,
yo escucho tu canto fúnebre.

INANNA Y LA ANUNNA

Oh, mi señora, la Anunna, los grandes dioses,
aleteando como murciélagos delante tuyo,
se vuelan hacia los farallones.
No tienen el valor de caminar
delante de tu terrible mirada.
¿Quién puede domar tu furibundo corazón?
Ningún dios menor.
Tu malevolente corazón está más allá de la templanza.
Señora, tú sedas los reinos de la bestia,
tú nos haces felices.
Tu furia está más allá de la templanza,
¡Oh hija mayor de Suen!
¿Quién te ha negado alguna vez reverencia,
señora, suprema sobre la tierra?

INANNA Y EBIH

En las montañas en las que no eres venerada
la vegetación está maldita.
Tú has convertido en cenizas sus grandes entradas.
Por ti los ríos se inflan de sangre
y la gente no tiene nada que beber.
El ejército de la montaña va hacia ti cautivo
espontáneamente.
Saludables hombres jóvenes desfilan ante ti
espontáneamente.
La ciudad danzante está colmada de tormenta,
conduciendo a los hombres jóvenes hacia ti, cautivos.


Enhkeduana;
Poetisa de la antigua Akadia.
Texto extraído del libro,
himnos y poesías de Enhkeduana.
Fogtografía del texto,
por Janson,
La sacerdotisa.